Sindicales

16/4/2015|1359

Reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario


Dos de las principales patronales del país han anunciado un plan de suspensiones en sus principales plantas. En el caso de Fate, la dirección kirchnerista del gremio del neumático firmó un acuerdo de suspensiones de dos días por semana a espaldas de los trabajadores y de la seccional del Sutna San Fernando, que se pronunciaron en contra de este plan, que reduce un 25 por ciento el salario básico de los días que se produzcan las suspensiones.


 


Los trabajadores de Fate vienen de protagonizar un parazo el 31 de marzo contra la dirección del gremio, luego de haber conquistado la devolución de miles de pesos a los trabajadores, a quienes se les dedujo el impuesto al salario sin corresponderle. Esta situación generó un revuelo en todo el movimiento obrero y desató exigencias en las principales plantas de todo el país. Madanes Quintanilla, CEO del grupo Fate-Aluar, declaró que el plan de suspensiones se debe a “las restricciones en el intercambio comercial con Brasil” y a “la falta de competitividad”. Madanes vuelve, como en etapas anteriores, a exigir la devaluación del peso, para ganar competitividad con un fuerte deterioro del salario. Las patronales apuntan en un solo sentido: o se devalúa la moneda y destruye el poder adquisitivo de los trabajadores, o inicia suspensiones masivas reduciendo el salario.


 


Los trabajadores de Fate comienzan una pelea con la orientación del reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario. La defensa del poder adquisitivo de los trabajadores, unido a la defensa de todos los puestos de trabajo, es el centro de la pelea del conjunto de la clase obrera.


 


En el caso de Siderca, este problema se presenta en forma más aguda. La pronunciada caída del precio del petróleo ha impactado en la producción de caños sin costura para oleoductos y gasoductos, cuyo monopolio ostenta el grupo Techint, que exporta el 70 por ciento de lo que produce.


 


Frente a esta situación, la patronal ha colocado a los trabajadores como la principal variable de ajuste. Ya se produjeron más de 400 despidos de trabajadores contratados y se ha abierto una lista de retiros “voluntarios”. Frente a la situación de los despidos, el sector de acería de Siderca-Campana se convocó en asamblea junto con los delegados del sector y le impusieron a la burocracia de la UOM la defensa del conjunto de los compañeros, contra la posición del sindicato de sólo defender a los trabajadores “afiliados”. La UOM convocó al plenario de delegados para informar el acuerdo ya establecido, que habilita a la patronal a suspender masivamente reduciendo el salario en un 15 por ciento. Esto ha generado una enorme bronca entre los trabajadores, que maduran nuevos niveles de organización independiente y preparan las condiciones para una gran respuesta colectiva.


 


La industria automotriz, donde avanzan con nuevos despidos, procesa una crisis similar. Se encuentra en una situación crítica para mantener los niveles de exportación a Brasil. Por un lado, exige una nueva devaluación del peso, pero al mismo tiempo se choca contra la recesión brasilera, lo que representa una menor demanda, impactando en la producción automotriz argentina. Ha entrado en crisis el circuito precario de la importación del 70 por ciento de las partes a la Argentina, que funciona como una mera ensambladora.


 


La pretensión de procesar una nueva devaluación se encuentra directamente relacionada con las paritarias y el salario del conjunto de la clase obrera. Es en este marco que el gobierno pretende ponerle un techo al 30 por ciento al reclamo salarial. La crisis capitalista emerge cada día con mayor claridad y las patronales y el Estado pretenden descargar las costas sobre las condiciones de vida de los trabajadores. La burocracia sindical quiere ser la garante de la paz social, pero teme ser desplazada por los trabajadores.


 


Está planteado dar una respuesta colectiva que imponga el reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario, la prohibición de los despidos y suspensiones, la abolición del impuesto al salario y las paritarias sin techo. Estas fueron las reivindicaciones levantadas por el clasismo y la izquierda en el paro del 31, éste es el programa que levantan el Partido Obrero y el Frente de Izquierda en esta enorme transición política en la Argentina.