Con la presencia de delegados y activistas de Siderca, Acindar y, por primera vez, de Siderar de San Nicolás se realizó un asado de siderúrgicos en el local de Baradero convocado por las agrupaciones clasistas El Martinete, de Villa Constitución, y El Mandril, de Siderca.

Durante la reunión hubo un extenso intercambio de experiencias y comentarios sobre el desarrollo del conflicto siderúrgico; las condiciones laborales, en particular los intentos de acentuar la flexibilidad y el rol de la directiva que favorece la fragmentación del gremio no sólo por la discusión de la paritaria por rama sino, como en el caso de los siderúrgicos de la rama 21, por empresa. Y aun dentro de ellas, como se trata de grandes fábricas, se divide a los sectores.

Tomamos nota de las tendencias a la fractura de la directiva, dada la inconducta de Brunelli, de San Nicolás, quien actuó en el conflicto como agente directo de las patronales. También fueron motivo de debate los logros y las dificultades de la puesta en pie de agrupaciones clasistas.

En referencia al conflicto siderúrgico, los compañeros señalaron la capitulación de la directiva de la UOM, que tras el vigoroso paro del 13 de mayo aceptó sucesivas conciliaciones obligatorias y a escasas horas del paro de 48 horas, resuelto en los congresos de delegados de todas las seccionales, acordó una “conciliación voluntaria”.

Luego firmó un acuerdo que deja en pie lo sustancial del planteo de las patronales: que cada empresa discuta por separado la incorporación del aumento en todo aquello del salario que no fuera el básico. Una verdadera estafa, dado que ya había antecedentes como el de Siderca, que postergó el pago de la última cuota de la paritaria 2013 de noviembre a abril de este año. Hoy, la empresa no quiere incorporar el aumento a los adicionales salariales (UAS), claramente un robo. Esto, cuando las empresas están siendo beneficiadas por el enorme aumento de los precios, en particular de las exportaciones, y han producido un 12,5 por ciento más en el primer cuatrimestre respecto del año pasado, con menos personal.

Se señaló también la inquietud de los compañeros por las consecuencias sobre el trabajador y la economía en general de la crisis de la deuda externa, agravada por la resolución del juez yanqui.

Con el escenario de fondo de la lucha de Córdoba contra los despidos y suspensiones que ya son plaga, la pelea de los despedidos y contratados metalúrgicos de Tierra del Fuego, el paro de los compañeros de Aluar por el 40 por ciento de aumento, la indignación por el impuesto al salario y el crecimiento del activismo independiente y de izquierda en los cuerpos de delegados y en las luchas, se trata de preparar las condiciones para lanzar un plan de lucha por éstas y todas las reivindicaciones, con el método de la asamblea y los plenarios de delegados soberanos.

Carlos Frígoli