La Lista 10 “Democracia y Participación” de la Asociación de Médicos Municipales (AMM) de la Ciudad de Buenos Aires, encabezada por Carlos Rojo, ha dado inicio con reuniones virtuales a su campaña electoral. El contexto de crisis sanitaria mundial y luego de una histórica rebelión de residentes y concurrentes en la ciudad de Buenos Aires, coloca este lanzamiento en el ridículo, más cuando se tiene en cuenta que las elecciones serán recién en 2021.

La Lista 10 aparece luego de casi cinco meses de hacer oídos sordos a los reclamos de los trabajadores. Adjudican su ausencia a no ser conducción de AMM, aunque tienen representación en 8 filiales de los 33 hospitales de CABA en los que se eligieron autoridades. Como en las elecciones pasadas, se proponen como lista opositora a la Lista 1 “Integración” dirigida por Jorge Gilardi, actual presidente de la AMM y de las 23 filiales restantes.

Se establece, así, una falsa dicotomía entre un “gilardismo” alineado a la gestión de Horacio Rodríguez Larreta y un “rojismo” defensor del gobierno nacional. Y no solo por el hecho de que previamente pertenecían a la misma lista que conducía el gremio. Sucede que ambos sectores son actores principales de acuerdos paritarios clandestinos y a la baja y cómplices de la falta de nombramientos, del derrumbe hospitalario, del cierre de servicios, de la reducción presupuestaria y, en definitiva, de la privatización de la salud.

Sin ir más lejos, en las elecciones pasadas (2017), la fractura interna de Cambiemos repercutía en la AMM generando un Larreta-Rojo vs. Michetti-Gilardi, iniciando una nueva etapa en la que “compiten” no solo por los cuantiosos negocios asociados al sindicato, sino por el reparto de cargos dentro del Ministerio de Salud porteño.

¿Pasado o presente?

Carlos Rojo fue director del Pami Capital durante la “década ganada” (2005-2012). Junto con Luciano Di Césare, ex titular del Pami que encabezó la Lista 10 de graduados en 2011, dejaron el recuerdo del millonario negocio detrás de las 16 mil sillas de ruedas abandonadas.

La Facultad de Medicina está co-gobernada por radicales, macristas y kirchneristas, que tienen distintas agrupaciones en cada claustro dentro del Consejo Directivo, pero todas dirigidas por Carlos Rojo. Desde ahí, administran el gran negocio de los posgrados arancelados, mientras inventan cursadas vespertinas a cargo de residentes ad honorem, superexplotándolos. De esta forma, el centro de estudiantes (NEM) juega un rol de administración y vaciamiento de la carrera de grado.

CABA y Nación, de la mano por la precarización laboral

El Plan DetectAr en curso ilustra de una manera muy clara que no estamos en presencia de proyectos políticos opuestos. Tanto el gobierno de la Ciudad como el nacional aplauden la utilización de estudiantes universitarios en su último año, canjeándoles sus horas prácticas por trabajo gratuito. Si fuese voluntario no habría nada a cambio; deja de ser voluntario en el momento que hay un beneficio a cambio.

De la misma forma, el día 7 de abril de este año, mediante la resolución 718/2020, el ministro de Salud de la Nación Ginés González García informa la prórroga de la promoción y egreso de las todas las residencias y concurrencias hasta el 30 de Septiembre del 2020. En consonancia, el titular de Salud de CABA, Fernán Quirós, el día 28 de Abril ratifica la efectividad de dicha norma mediante la resolución 1043/2020. Ambos gobiernos se establecen así como una alianza en pos de la precarización, exponiendo a miles de trabajadores a extender nuestros contratos laborales obligados, sin requerir ni siquiera de una firma. Así, se demuestra que representamos la mano de obra barata de la que se valen para enfrentar la pandemia. Concurrentes cobrando CERO pesos la hora y residentes sin paritarias, con un “incremento” por pase de año de entre 0 y 6%.

La pelea por el mando en la mercantilización de la salud y la educación públicas

La lista 10 lanza su campaña virtual invitando a Jefes de Servicio y Jefes de Residentes de hospitales porteños a “recuperar” los Codei (Comités de Docencia e Investigación). Estos fueron intervenidos y puestos en manos de dirigentes del gilardismo en el último período, dejándolos fuera del juego para aceptar cursistas de la UBA en los hospitales. Los cursistas son estudiantes de postgrado que se ponen a trabajar codo a codo con residentes sin ninguna remuneración, ART, ni ningún otro derecho laboral. Y que, como si esto fuera poco, le pueden reportar más de 100 mil pesos anuales a la UBA, por estudiante en el caso de los extranjeros.

En tiempos de emergencia sanitaria, los trabajadores de la salud no debemos dejarnos engañar con falsas dicotomías. Sigamos sumando reivindicaciones y organicemos un plan de lucha que enfrente a los históricos vaciadores de la UBA y los hospitales porteños.