Con una movilización de 2.000 compañeros, organizada por Amsafe Rosario y con la más numerosa de las asambleas de delegados del año, los docentes, de Rosario reabrimos el fuego.

En marzo, la directiva provincial de Amsafe pudo imponer el cierre del conflicto. Quedaron pendientes nuestros reclamos salariales y los de los jubilados han pasado a la primera línea de nuestras preocupaciones. Para ellos no hubo nada, sólo dilaciones en la mesa de comisión mixta, que la Celeste presenta como un logro.

Con salarios en negro, el aguinaldo pasa a ser una cifra insignificante: un cuarto de lo que cobramos de bolsillo. Exigimos que se cumpla la ley 9432: que el aguinaldo sea el 50% del salario.

En las escuelas no se dictaron clases desde las 10 hasta las 14 horas. En la movilización y en el acto, vimos muchas caras nuevas. Aun los más jóvenes están entendiendo la lucha por el 82% móvil para los compañeros que se jubilan y la necesidad de exigir las sumas al básico.

Los padres y los alumnos estuvieron con nosotros. No sólo porque la mejora de las condiciones edilicias fue uno de los ejes de la marcha. Saben, además, que el sistema los excluye de la escuela, que les cuesta el aprendizaje, permanecer en las aulas y que la mejor defensa es estar junto a la lucha de los docentes.

El gobierno de Santa Fe está preocupado por desentenderse del presupuesto y abonar el camino de la municipalización de la educación. En esto cuenta con el apoyo incondicional de Binner y su famosa alianza con los radicales. En este sentido trabaja el intendente Lifschitz cuando impulsa la apertura de pasantías desde las escuelas con las empresas locales.

La movilización docente debe servir para abrir un camino que retome la lucha, supere a la dirección provincial, e imponga el pliego por los 800 pesos de básico y presupuesto para los edificios escolares.

Estuvieron en la movilización delegados de los departamentos San Lorenzo y Caseros. El debate planteado, incluso en la Comisión Directiva de Amsafe Rosario con los compañeros de la Lista Violeta, es si volvemos una y otra vez a recorrer el camino de la asamblea provincial (que dirige la Celeste, que no quiere sacar los pies del plato de la mesa de negociaciones), o marchamos desde Rosario y otras delegaciones opositoras a la convocatoria de un plenario de delegados, como lo hicieron los Sutebas opositores; una verdadera asamblea provincial, que tome en sus manos la lucha.