Sindicales

25/8/1994|426

Sabotaje capitalista

La “flexibilización laboral” y los despidos masivos, que ya llegan a 2.500 en los últimos tres años, han convertido a la Destilería de YPF Ensenada en una verdadera bomba de tiempo.


Desde principios de año se han multiplicado una seguidilla de accidentes, 3 de ellos mortales, que amenazan a los trabajadores de YPF y a toda la comunidad de Ensenada. Días atrás la historia volvió a repetirse: esta vez fueron más de un millón setecientes mil litros de aceite que se derramaron en un canal vecino al barrio Mosconi (uno de los más populosos de Ensenada), envenenando las aguas que conectan directamente con el Río de la Plata.


El “accidente” tiene poco de “accidental” y mucho de negligencia capitalista. Según dirigentes del Supe Ensenada, el derrame se produjo en un lugar donde “solamente había una persona para controlar 30 tanques de aceite de 1.500.000 litros cada uno” (Clarín, 10/8).


YPF es un caso extremo de superexplotación patronal y de desprecio absoluto por la vida y condiciones de seguridad de sus trabajadores. De 3.000 trabajadores hace tres años quedan 450 (250 operarios fueron cesanteados a principios de agosto y ya se ha confeccionado un nuevo listado de 100 trabajadores que serán enviados a los “cursos de capacitación”, eufemismo que encubre la antesala del despido). Flexibilización mediante, se ha llegado al punto que entre los despedidos figura un Superior de Incendio de la Destilería, reduciendo de cinco a cuatro las personas a cargo de la seguridad para un complejo que abarca más de 4 km. de extensión en seis áreas de alta volatilidad (lo que es más que suficiente para llevar al directorio de YPF a la justicia por responsabilidad criminal).


El derrame del millón setecientos mil litros de lubricante ha puesto en evidencia el sabotaje patronal a las más elementales condiciones de seguridad. El resultado es aterrador: al derrame se han sumado la explosión de una turbina de vapor (“accidente” debidamente ocultado por Estenssoro y Cía.) y las ya repetidas “nubes tóxicas” que regularmente escapan de la Destilería contaminando las barriadas de Ensenada, Berisso y La Plata (la última de estas “nubes” intoxicó a cinco chicos de una escuela del barrio Mosconi).


La ola de accidentes, presumiblemente provocados ex profeso por la propia empresa, y los despidos en masa tienen un propósito definido: según el diario Hoy de La Plata se procedería al “cierre temporario (de YPF) para implementar la renovación total del personal y el ajuste técnico de las plantas”. El vaciamiento y cierre de la Destilería apunta directamente a reemplazar a los actuales trabajadores por personal contratado bajo las condiciones de la negrera reforma laboral menemista (sin convenio, sin seguridad y sin organización sindical).


La liquidación de YPF (pasivamente “tolerada” por la “ceteísta” dirección del Supe seccional); el ataque al convenio colectivo en el Astillero (con la complicidad del degennarismo que apoyó la firma del “acta de paz social”), la ofensiva flexibilizadora en Propulsora Siderúrgica y la amenaza de despidos en municipales, imponen la necesidad de un movimiento de conjunto de los trabajadores ensenadenses.


El PO impulsa el llamamiento a un Plenario Abierto de delegados, activistas y trabajadores para constituir una intersindical que supere la pasividad y derrotismo burocrático, y que unifique la lucha común por el salario, contra la flexibilidad y la reforma laboral, por el derecho al trabajo y contra los despidos, y por la defensa de las conquistas de convenio.