Sindicales

21/5/2020

Salta: manteros y vendedores ambulantes condenados al hambre

Por el gobernador Gustavo Sáenz y la intendenta Betina Romero.
 

La pandemia que afecta a las familias trabajadoras en general, golpea particularmente a los trabajadores cuentapropistas, que viven al día de las changas y la venta callejera. En Salta capital, mientras se siguen habilitando nuevas actividades económicas, se persigue a los manteros y vendedores ambulantes.


El gobierno provincial de Gustavo Sáenz y la intendencia de Betina Romero siguen flexibilizando la cuarentena, a tal punto que ¡hasta los boliches están por abrir! Incluso están funcionando algunas ferias de artesanías, como las de la calle Balcarce y Plaza Güemes, que pagan un canon a la Municipalidad. Sin embargo, desde el gobierno rechazaron el protocolo que presentaron los manteros para que los habiliten a retomar su actividad.


Está claro que no se trata de cuestiones sanitarias, ya que funciona como cualquiera de los otros comercios. La verdadera razón es que la provincia y el municipio actúan a cuenta de la Cámara de Comercio, que aprovecha la cuarentena para eliminar lo que considera una “competencia desleal”. Esta cámara patronal, recordemos, había anunciado la apertura de los negocios antes que el propio gobernador.


Después de que los gobiernos de los últimos años promovieran el “emprendedurismo”, ahora se condena a las familias de manteros y vendedores ambulantes a engrosar las cifras del Indec sobre la desocupación en Salta, la ciudad más pobre de todo el NOA, y con los índices más altos-según Unicef- de pobreza en niñes y adolescentes. 


Cuando fue intendente, Sáenz obligó a estos trabajadores a inscribirse como monotributistas con la promesa de “regularizar” su situación con la creación de ferias, pero nunca lo cumplió. Incluso muchos no pudieron inscribirse porque su actividad es de compra y venta en pequeñas cantidades, y hasta venden la ropa usada de sus hijos, por lo que no alcanza a ser una actividad comercial en regla. Por su parte, la actual intendenta Romero ya antes de asumir había adelantado su intención de barrer con los manteros y vendedores del centro de la ciudad, sin ofrecer salida alguna.


La misma problemática viven las ferias populares de los barrios Palermo y Solidaridad, este último prácticamente bajo estado de sitio por las cercanías del hospital Papa Francisco -donde se atienden casos de Covid-19.


Desde el Partido Obrero y el Polo Obrero venimos reclamando un subsidio mensual de $30.000 para todos los desocupados y trabajadores que se quedaron sin ingresos durante la cuarentena. Convocamos a los manteros y feriantes a organizar la lucha para llevar este reclamo a los gobiernos nacional, provincial y municipal; además de exigir que garanticen las medidas necesarias para poder retomar la actividad: un lugar amplio para respetar el distanciamiento social, la entrega de barbijos, guantes, alcohol en gel, lavandina, y todo lo que haga falta.


No aceptamos que se condene a las familias trabajadoras al hambre, mientras rescatan a los grandes empresarios de la provincia.