Sindicales

22/6/2000|669

Sanidad encabeza la lucha

Los trabajadores de la sanidad se han puesto a la cabeza en la lucha contra la política de ajuste del gobierno de Miranda. Desde hace 50 días, vienen parando y realizando diversas movilizaciones. La lucha está motorizada por los delegados de la mayoría de los hospitales de la capital y del interior que se han autoconvocado, formando una coordinadora. A ésta se han sumado los delegados de la rama salud de ATE y de un sindicato paralelo, minoritario, Sitras. En los últimos 15 días también se han sumado los médicos. El gobierno intentó que se levantara la lucha ofreciendo un incentivo de 40 pesos como premio a la asistencia y productividad. La burocracia de Atsa se alineó con el gobierno y planteó que se levanten los paros. Por el lado de los autoconvocados la respuesta fue una moviliza ción, una Marcha Blanca, que reunió a unos 1.000 trabajadores. Allí se leyó un llamamiento (cuyos reclamos reproducimos abajo) aprobado primero en una asamblea del hospital Obarrio y luego en una asamblea interhospitalaria. Luego de la Marcha Blanca se realizó una nueva asamblea interhospitalaria, con la presencia de 300 trabajadores y médicos, donde se discutió profundizar las medidas de fuerza, manteniendo los paros, convocando a una nueva marcha para el miércoles 21 y repudiando las amenazas de despidos y acciones judiciales del gobierno.


Las reivindicaciones de la lucha de la sanidad son comunes a todos los empleados públicos y a la docencia. A su vez, los trabajadores privados vienen sufriendo todo tipo de ataques (rebaja de salarios y despidos). Por eso, para organizar una lucha de conjunto y dotarla de un programa que dé salida a los reclamos es necesario convocar a un Congreso de delegados de base mandatados.


Al pueblo de Tucumán: Nuestros reclamos


No al Ticket Canasta. No al congelamiento de la antigüedad. No a los contratos basura. No al BAC y al arancelamiento hospitalario. No al hospital de autogestión. Por el pago del escalafón horizontal y de toda la deuda que el Estado tenga con los trabajadores. Pase a planta permanente de todo personal contratado, interino y de los planes Trabajar, Arbol II, etc.


Triplicación del presupuesto destinado a la salud gravando las grandes fortunas con un impuesto de emergencia para saldar las deudas con los trabajadores, reequipar los hospitales y los Caps. y rescatar la infraestructura hospitalaria, todo bajo control nuestro, con comisiones interdisciplinarias elegidas y revocables por asambleas.