El intendente de la capital santacruceña ejecutó nuevos despidos. En esta oportunidad se han enviado telegramas desvinculando al menos a diez trabajadores del SIPEM (Sistema de Estacionamiento Medido) y del Plan Veredas, pero se espera que lleguen más telegramas en las próximas horas.

Estos despidos se suman a los efectuados en diciembre, y junto con el intento de despedir 22 trabajadores a fines de febrero demuestran una política de ajuste de Pablo Grasso contra las familias trabajadoras.

La fundamentación del gobierno municipal es que ninguno de los trabajadores respondió a la convocatoria “voluntaria” de la intendencia para “hacer campaña de concientización” durante el aislamiento obligatorio” (Al Sur Noticias, 8/4). Es una confesión de las condiciones de precarización laboral de los municipales, que son llamados a un voluntariado compulsivo en plena crisis sanitaria a cuenta de sostener sus puestos de trabajo.

Vale recordar que el año pasado las y los trabajadores de SIPEM dieron una lucha fenomenal para reclamar el pase a planta permanente, luego de la cual se alcanzó un compromiso que consistía en que primero firmarían un contrato por seis meses, luego pasarían a planta transitoria por otros seis meses más y finalmente serían incorporados a la planta permanente del municipio. Ahora, es notorio que el gobierno ataca a los trabajadores en el eslabón más débil y que pretende romper la negociación firmada, que fue aprobada además por el Concejo Deliberante de Río Gallegos.

En cuatro meses Pablo Grasso ha demostrado que puede ser inflexible con los trabajadores y los vecinos, que debieron afrontar un aumento de las tasas impositivas, incluido el aumento del estacionamiento medido. Sin embargo, en este poco tiempo de mandato ya capituló ante los empresarios en más de una oportunidad, primero retrocediendo con la implementación de un impuesto sobre el expendio de combustibles, más tarde con el intento de instaurar impuesto al tránsito de camiones por la ciudad y por último reculando en el aumento de la base impositiva sobre los juegos de azar.

Este intendente que despide trabajadores por “falta de solidaridad” viene de aumentarse su salario y el de sus directores, en detrimento de los trabajadores municipales que aún no han tenido paritaria.

Para frenar estos despidos se requiere del apoyo de todos los trabajadores. La reincorporación de los municipales sería un punto de apoyo para las luchas de los mineros de Río Turbio contra los 417 despidos del interventor Aníbal Fernández, y de los despedidos de Educación por el gobierno provincial de Alicia Kirchner.

El #QuedateEnCasa y el #NosCuidamosEntreTodos solo servirán para cuidar la salud de los trabajadores si se garantiza la fuente laboral prohibiendo los despidos y suspensiones, y se garantiza el cobro del salario y de todos los elemento de higiene y seguridad necesarios para los trabajadores que están exceptuados de cumplir la cuarentena.