Sindicales

25/2/1999|617

Se acabó la concertación en la docencia

El martes 16, un plenario de delegados de Ateca (el principal gremio docente provincial) resolvió no iniciar las clases. El plenario reflejó el estado de ánimo de la docencia. “La Mesa Ejecutiva del gremio tuvo que aceptar el embate de los delegados, quienes les reclamaron porque mientras participaban en la Mesa de Concertación, el gobierno les realiza descuentos de entre dos y cuatro días. Denunciaron también el quite del adicional por zona, planteado en la última reunión de concertación, además de la fusión de grados en una escuela de las Chacras” (El Ancasti, 17/2).


En su informe, la directiva de Ateca confiesa que la Mesa de Concertación fue sólo un ámbito para informarse de las decisiones ya adoptadas por el Ministerio de Educación. El plenario acordó girar a todas las escuelas el reclamo de nulidad de la Reforma Educativa. La directiva de Ateca, sin embargo, cambió luego el planteo de nulidad por el pedido de postergación en la aplicación de la Reforma.


Mientras tanto, se hizo presente una delegación del Banco Mundial que requirió, para el otorgamiento de un nuevo crédito, la profundización del ajuste, la privatización educativa y del sistema de salud (hospital de autogestión). Por eso el gobierno, aun a sabiendas de que un conflicto educativo lo puede perjudicar electoralmente, ha optado por dejar de lado la demagogia y adoptar numerosas disposiciones contenidas en la Ley Federal de Educación (recortes salariales, nuevas postergaciones en los llamados concursos —ya van seis años de retraso—, inminentes traslados y despidos, descuentos arbitrarios, etc.).


La crisis de la política concertadora plantea la posibilidad de que el gremio opere un viraje y encare una lucha a fondo. Para ello es necesario una asamblea provincial. Las reivindicaciones son indiscutibles: en defensa del Estatuto del Docente, salario básico de 700 pesos, la nulidad de la Reforma Educativa. Habrá que elegir un comité de huelga para que el no inicio se transforme en una huelga activa, con marchas y cortes hasta imponer las reivindicaciones.