La patronal de Fiat está desesperada. Según manifestó uno de sus principales directivos a funcionarios del Ministerio de Trabajo provincial “la fábrica es ingobernable”. La preocupación de la patronal se debe a que la aplicación de los ritmos infernales en la “planta vieja” es sólo posible con una derrota en regla de los trabajadores de la ex Cormec.

Es ‘vox populi’ que la patronal tiene 150 telegramas en carpeta y se ha dado la tarea de llamar trabajadores (fundamentalmente activistas) para que ‘arreglen’ ahora porque se los “despedirá seguro” más tarde. Junto con esto se ha largado a ‘preparar’ el despido de Carlos Gallo, a quien ya suspendió en reiteradas oportunidades con la excusa de su ‘baja productividad’, que atribuye a sus “reiteradas inasistencias” por  tareas gremiales.

Con esta situación el viernes 23 se realizó una asamblea a la salida del turno mañana que decidió cortar la ruta 9 y sacar una medida de fuerza para la semana entrante. En las distintas intervenciones los trabajadores manifestaron la necesidad de ir a una lucha sin dilaciones como única forma de parar a la patronal y conseguir el aumento salarial y la reincorporación de los despedidos. El ‘fantasma’ de Tartagal, Ledesma y La Plata estuvo presente en la consideración de que era el momento adecuado para ir a la lucha.

La situación revela que la tregua establecida por la promesa de la UOM de ‘apurar’ el reconocimiento de la seccional Ferreyra sólo dio lugar al desarrollo de las maniobras patronales. El famoso confederal de la CGT, que había debido reunirse antes del miércoles 22, no tuvo lugar, así como tampoco el cumplimento de la promesa de la directiva nacional de ‘bajar’ íntegra a la puerta de fábrica. Las resoluciones de la asamblea del pasado 10 en el sentido de preparar una lucha frontal, se han revelado justas. De nuevo para los trabajadores de Fiat está planteada la necesidad de desarrollar un plan de lucha de la planta e impulsar la unidad con el resto de las fábricas metalmecánicas.