Sindicales

11/5/2017|1457

“Se está desarrollando un planteo clasista en Foetra”

Entrevista con Pablo Eibuszyc, de la Naranja Telefónica y candidato a secretario adjunto de la Granate-Blanca
 en las elecciones del 18 de mayo


Prensa Obrera entrevistó a Pablo Eibuszyc, de la Naranja Telefónica y candidato a secretario adjunto de la Granate-Blanca en las elecciones del 18 de mayo.


 


-Pablo, contanos un poco cómo ha sido la campaña.


 


-Yo diría que es una gran campaña. Si bien la burocracia de Foetra, la Lista Azul y Blanca (conducida por Iadarola-Marín), adelantó para mayo las elecciones del sindicato, que estaban previstas para julio para impedir una campaña de la lista opositora de largo aliento, de debate con los compañeros, salimos rápidamente a recorrer los lugares de trabajo y estamos recogiendo un apoyo muy importante.


 


Estamos despertando un interés muy grande. Ya hemos recorrido unos 60 edificios y trescientos candidatos forman parte de la lista, de Capital y Gran Buenos Aires. Ya estamos seguros de que vamos a ganar zonas enteras, vamos a ganar zona oeste, hay una disputa en la zona norte muy fuerte, en Capital hay zonas que las vamos a ganar, en la zona sur está más disputado, pero haremos una elección muy importante. Los trabajadores ven la oportunidad de recuperar el sindicato de una conducción que lo tiene totalmente paralizado por los compromisos con las empresas y el gobierno.


 


Por esa razón, la burocracia, en connivencia con las empresas, nos impide el acceso a los edificios para hablar con los trabajadores, por ejemplo en el caso de las móviles, donde votarán miles de trabajadores por primera vez y sólo pueden entrar los candidatos de la Azul y Blanca. Vamos a presentar denuncias en la Justicia y en el Ministerio de Trabajo. Ven el avance de nuestra campaña y nos quieren bloquear el acceso a los compañeros, lo cual está dando lugar a actos en la puerta de los lugares de trabajo.


 


-Han insistido durante la campaña en el deterioro de las condiciones de trabajo…


 


-Hay un punto que es muy fuerte para el gremio telefónico que es la jornada laboral. Históricamente, el gremio tenía una jornada de siete horas; con la dictadura se aumentó la jornada laboral y esto llevó a luchas, incluso bajo el gobierno militar. Con la vuelta a la democracia se recuperó la jornada laboral de siete horas, pero bajo el menemismo, con la privatización, se aumentó la jornada a ocho horas quince minutos, y en la época en que Foetra fue recuperado, que enfrentó la etapa final del menemismo y los primeros años después del Argentinazo, pudimos recuperar de nuevo la jornada de siete horas.


 


Esa conquista hoy está amenazada: la directiva actual de la Azul y Blanca firmó una jornada de nueve horas en el convenio Foetra, es decir que hay un montón de trabajadores de Telefónica y de Telecom, de sectores que manejan la red de comunicación que trabajan ese horario; a la vez, firmó la jornada de nueve horas para los trabajadores de las móviles (los trabajadores de Movistar, Personal y Nextel, que venían de Comercio, fueron encuadrados en un convenio Foetra a la baja, que tiene un salario menor que el del convenio histórico). Por otra parte, los trabajadores que todavía mantienen las siete horas, como se les ha ido reduciendo el salario vía inflación y vía aceptación de topes salariales sucesivos en las paritarias, tienen que recurrir a la hora extra y trabajar los sábados para llegar a fin de mes.


 


Nosotros reivindicamos la jornada de siete horas planteando que tiene que ser para todos los telefónicos y hay que ir por un convenio único, no puede haber un convenio para telefonía fija y otro para telefonía móvil como hay ahora. Tiene que haber un solo convenio, con siete horas y las mejores condiciones de trabajo.


 


-¿Y la Azul y Blanca dejó pasar estos ataques?


 


-La Azul y Blanca, en general, firmó los topes salariales del gobierno y la paz social en todas las paritarias, y no ha enfrentado el tercerismo, salvo en casos muy puntuales. Esto ha ido producto de una cooptación por parte del gobierno anterior que tenía un acuerdo muy fuerte con las telefónicas. Con el cambio de gobierno se han fortalecido el grupo Clarín y Cablevisión en las telecomunicaciones. El cuádruple play va a plantear una reestructuración muy grande, una fusión de sectores y tareas que puede afectar las condiciones de trabajo. Pero la directiva no hace nada ni ha enfrentado los despidos de esta etapa, como en Nextel.


 


Hay una adaptación al macrismo, como hubo en el pasado con el kirchnerismo. Decían que no podíamos luchar porque supuestamente había un “gobierno popular”, y ahora dicen que no se puede luchar porque “el contexto es difícil”. Pero estas empresas no tienen crisis; al revés, están en expansión, se viene ahora todo un tendido e inversión en fibra óptica y hay un cambio tecnológico y de convergencia de los servicios, donde las telefónicas van a sumar televisión por cable a partir de 2018.


 


-¿Cómo se conformó la Granate-Blanca? 


 


-Hace cuatro años fuimos en el frente llamado también Granate-Blanca, que congregó a toda la oposición del gremio y sacó el 40% de los votos, pero en estos cuatro años se ha producido un desplazamiento de un sector de la CTA que estaba con nosotros y que había encabezado la lista, y ahora se pasó al campo de la Azul y Blanca.


 


Las agrupaciones que conformamos la Granate-Blanca somos las que rechazamos la cooptación, en oposición a una lista Azul y Blanca burocratizada, con acuerdos con las patronales y los gobiernos. Hemos puesto en pie una lista del activismo y los delegados que estamos luchando. El frente está conformado por numerosas agrupaciones del gremio, la Violeta, la Naranja, la Roja, la Verde-Negra y Telefónicos de Pie, además de Alternativa Telefónica. La oposición a esta dirección pejotista-kirchnerista es antiburocrática y de izquierda, y sus principales candidatos están con el Frente de Izquierda. La Naranja en esto juega un papel fundamental, porque durante todo el tiempo hemos rechazado la cooptación del kirchnerismo, la hemos enfrentado y, de hecho, como agrupación, rompimos con la Azul y Blanca y la criticamos cuando fue cooptada. En la etapa de lucha de la Azul y Blanca nosotros fuimos un factor de impulso a la lucha, impulsamos la pelea para que efectivicen a pasantes y contratados, reconociendo los derechos que tenían, impulsamos la batalla por la paritaria y por la reducción de la jornada laboral a siete horas.


 


Hoy, la Azul y Blanca es una dirección agotada. Han hecho fraudes brutales en las asambleas generales, el más conocido fue la asamblea de Racing por el salario en 2007 y en 2014 hubo un nuevo fraude contra el rechazo a una paritaria a la baja.


 


Creemos que nuestra votación va a ser muy alta. Se está desarrollando un planteo clasista en Foetra, que está creciendo por abajo.