Se extienden los reclamos fabriles

"Adónde está, que no se ve..."

Las paritarias siguen empantanadas. Centenares de gremios esperan que la UOM, Uocra, gastronómicos y otros grandes gremios marquen pauta. Todo aparenta calma en el movimiento obrero. Los gremios docentes de la provincia de Buenos Aires, cuando retomaban los paros después de la excusa de las inundaciones, terminaron acatando una conciliación obligatoria de Scioli, o sea de la propia patronal. Los docentes neuquinos y chaqueños extremaron esfuerzos en huelgas deliberadamente aisladas por la burocracia sindical.


Sin embargo, hay bronca por abajo y crisis por arriba. Un plenario de gremios azucareros de Salta y Jujuy fijó un pliego de 8 mil pesos de mínimo y un convenio único. Empiezan las asambleas en los ingenios.


Los trabajadores de prensa protagonizaron una movilización histórica en respaldo a paritarios elegidos por las bases, para reclamar un 35 por ciento de aumento.


Los gráficos le pusieron el cuchillo al cuello a su burocracia, mediante una gran movilización de una docena de fábricas. Se espera ahora un plenario de delegados que, de concretarse, sería el primero en veinte años.


En la UTA, las patotas de Fernández no han podido detener la extensión de un movimiento por 10 mil pesos de sueldo inicial que encabezan la 60 y Ecotrans.


En la alimentación se han sucedido los mandatos fabriles por el 35 por ciento.


Una asamblea general del Fate ha fijado el 35 por ciento de reclamo y se pronunció  contra los dos años de extensión pretendidos por la conducción de Watsejko.


En Conadu Histórica se procesa una crisis interior por la firma de un convenio a 16 meses, claramente inferior a la inflación.


Caló y Gerardo Martínez maniobran a la baja, como siempre, pretextando una caída en la actividad. La burocracia sindical oficialista busca cómo plegarse a la política oficial de topes y cuotas inferiores a la inflación, cuando todas las demás variables se le escapan: el dólar, los precios "congelados" o los combustibles. Aun así -y como resultado de la crisis inflacionaria y de la presión obrera-, los pretendidos plazos de 18 meses parecen entrar en el olvido, con excepción de Luz y Fuerza.


Moyano-Micheli


La pasividad del sindicalismo opositor es completa. Moyano y Barrionuevo dejaron colgado a Micheli con el paro del 15 de mayo, depusieron la entrega de firmas por los salarios familiares y callan en relación a las paritarias y el impuesto al salario. Sus desvelos pasan por insertarse en el peronismo disidente de los De Narváez y los Massa.


El triunfo de listas clasistas en Coca Cola, tanto en aguas gaseosas como en plásticos; en Impresores, la gran gráfica de Pilar; en la ceramista Lourdes de la zona Sur y en la plástica Mascardi; el impulso enorme de las 32 listas opositoras en el Suteba, las listas clasistas en el cuerpo de delegados del subte, la huelga petrolera del activismo santacruceño o la formación de una gran lista opositora en Foetra indican una tendencia subjetiva del activismo que se desenvuelve sin pausa.