Sindicales

24/9/1999|643

Se formó el Frente de Trabajadores Autoconvocados

El Frente de Trabajadores Autoconvocados pasó su primera gran prueba de fuego el jueves 16 con una extraordinaria movilización que reunió a más de 3.000 trabajadores. Si bien hubo concentraciones más numerosas, ésta fue convocada desde abajo, al margen de las dos CGTs que están negociando cargos con Miranda. Lamentablemente, la Cta, luego de intentar absorber al Frente Autoconvocado con una propuesta de subordinación ‘orgánica’, se lanzó abiertamente a sabotear la movilización en todas las reparticiones mediante el macartismo y todo tipo de intrigas. Durante toda la semana, delegados de base del Frente Autoconvocado tuvieron que dar una verdadera batalla, lugar por lugar, contra las posturas divisionistas de la Cta. El martes 14, una delegación del Frente concurrió a un plenario de la Cta en la Fotia, donde había unos 300 delegados y trabajadores docentes de diversas reparticiones estatales. Allí se presentaron fuertes cuestionamientos a la pasividad del Cta y se llamó a marchar el jueves 16. La dirigencia del Cta planteó marchar el viernes y llamó a una marcha a “pata y pulmón” sin fecha, pero no se animó a poner a votación nada sino que disolvieron la asamblea llamando a una concentración frente a los Tribunales. Al día siguiente, en el Hospital Centro de Salud, la Cta realizó una convocatoria a un acto que reunió a unos quinientos médicos y personal de la sanidad. Allí también se hicieron presentes representantes del Frente, de los municipales del Interior y de delegados de base de la sanidad, quienes obligaron a transformar el acto en una asamblea, aprobando marchar el jueves con el Frente de los Autoconvocados y el viernes con la Cta.


El jueves 16, la concentración superó todas las expectativas. Fue una verdadera movilización antiburocrática, pues se impidió que los dirigentes comprometidos con la Superley, como Prina, pudieran subir al escenario. Su lugar fue ocupado por representantes del cuerpo de delegados municipales, que plantearon que se había recreado el marco para continuar una lucha unitaria con el resto de los estatales y denunciaron amenazas de muerte por sus posturas contrarias a la cúpula traidora. Hablaron los dirigentes del sindicato municipal de la Banda del Río Salí, que plantearon que impedirían la realización del acto programado en la Banda por De la Rúa y Chacho Alvarez, porque no iban a permitir que hicieran campaña electoral con el hambre de los trabajadores. Habló el delegado del Hospital Obarrio, quien tenía mandato de asamblea para plantear que el Frente Autoconvocado tenía que tomar a su cargo la organización de una huelga general por tiempo indefinido, y llamó a autoconvocarse y a elegir delegados en todos lados con mandatos de las bases. Hablaron también representantes de varios gremios, entre docentes medios (Apem) y de Sadop, del Sutep y del Frente de Sindicatos Municipales del Interior.


Como resultado de este accionar, el Frente Autoconvocado resolvió concentrarse nuevamente cuando estaba prevista la movilización de la Cta, pero lo hizo frente a la casa de gobierno. La de la Cta se realizó en una esquina frente a una iglesia. Ambas concentraciones reunieron más de 6.000 trabajadores (por primera vez, irrumpió masivamente la docencia agrupada en Atep, alrededor de 1.500 docentes). Durante la concentración se conocía la noticia del veto por parte de Bussi a la ley y su inminente renuncia. El Frente ha decidido mantener la movilización diaria, realizar asambleas en todas las reparticiones, elegir delegados, masificar las carpas del “aguante” y los cortes de rutas y preparar una marcha provincial para el próximo jueves. Paralelamente, está a discusión un programa y el planteo de extender el proceso huelguístico que, por el momento, recorre a los sectores estatales y municipales, a los trabajadores azucareros y de las demás industrias, donde ya hay un telón de fondo conflictivo (la Fotia planteó que si esta semana no dan respuesta a un pedido de bonificación de 200 pesos iban a paralizar la zafra con un huelga general).


En este cuadro, la lucha, con el veto a la ley y la renuncia de Bussi, entra en otra fase. Se deberá enfrentar a los representantes directos de la Superley. Por eso, es más necesario que nunca unir a todos los trabajadores en una lucha y un programa común. Está planteado que el Frente de Trabajadores Autoconvocados impulse la realización de un Congreso de Delegados mandatados de todas las organizaciones. Esa es la vía para avanzar y alcanzar la victoria.


Programa


• Que se paguen los salarios adeudados


• Que se abran las cuentas y las cajas del Estado, de los bancos y de las grandes empresas


• Huelga indefinida hasta obtener las reivindicaciones


• Por un comité provincial de huelga


• Elijamos delegados con mandato de base en todos los lugares de trabajo y estudio