El viernes 29/8 se cerró la presen­tación de listas para las próximas elecciones de UEPC y quedó confor­mada la lista Marrón.

La lista está integrada por Tribu­na Docente, compañeros de UNIDHOS, del PRL, y esencialmente inde­pendientes, luchadores reconocidos en sus escuelas y zonas, sin más mili­tancia que las nacidas en las luchas por la defensa de las condiciones de trabajo y la escuela pública. Se com­prometió, además, una compañera del Mas (sin que bu organización se defi­niera) posibilitando, así, la creación de una lista de auténtica oposición, clasista y antiburocrática.

La lista Marrón nace ante la nega­tiva de ir con una alianza con sectores burocráticos del marisanchismo y el garcetismo, y la decisión de otros sec­tores de concretar esta “lista de uni­dad” con ellos.

Tribuna Docente, en el plenario del 15/6, dio un amplísimo debate (y antes del mismo, de igual manera) donde exponíamos las razones de la inviabilidad de dicha “unidad”. Presenta­mos una carta abierta a los compañe­ros de la Rosa (que saliera publicada en PO N” 500), y tras ese plenario, debatiendo con los compañeros inde­pendientes y de las escuelas, decidi­mos desde TD reservar el histórico color marrón.

La sola presentación de la lista constituye un nuevo triunfo de los trabajadores, que comprendieron la necesidad de salir al frente con un reagrupamiento de auténticas bases del movimiento docente, indepen­diente de los intereses capitalistas, sin “acuerdos de cúpulas”, tal como nos expresaron cuando debatimos con cada uno de ellos. Constituye otro triunfo de los trabajadores que tras las movilizaciones que encabezamos en San Vicente (zona que provee 6 candidatos a la lista), que con padres y alumnos formamos una coordinado­ra zonal.

En contraste con el triunfo de la Marrón, asistimos al rotundo fracaso de otros dirigentes de la Rosa, cuya tentativa de unidad con el marisanchismo, naufragó antes de nacer.

Frente al Cordobazo Educativo, los integrantes de la Lista Marrón lleva­ron a la cabeza del movimiento las consignas que son el eje de nuestra intervención, y que lo fueron en la lista Marrón del ‘93 y del ’90:

Derogación de la Ley Federal y de la reforma cualitativa’, logradas me­diante la organización y la lucha que nació en coordinadoras tras el Cordo­bazo docente.

Defensa irrestricta de los estatutos.

Defensa de los títulos docentes, no a las ‘evaluaciones’ tramposas de nin­gún orden.

Salario básico de $700.

Por una comisión democrática­mente electa de docentes, comunidad académica, padres y alumnos, que tome en sus manos la salvaguarda y la organización de la educación al servi­cio de los trabajadores.