Sindicales

16/8/2007|1005

Se impuso el techo salarial del gobierno

La asamblea general de Foetra Buenos Aires del 9 de agosto, en Racing, tenía el resultado cantado: la aprobación de la resolución del Ministerio de Trabajo para Foetra y la empresa Telefónica.


La Asamblea se caracterizó por la casi ausencia total de compañeros de Telecom y la muy escasa presencia, a pesar de los masivos permisos gremiales y micros para asistir. La Asamblea había sido convocada por una necesidad de la directiva de autorefrendarse. Querían que se votara un acuerdo que había sido rechazado masivamente por la base del gremio telefónico en las asambleas de edificio, en el propio plenario de delegados y en la Asamblea General del 20 de julio en Racing. En aquella oportunidad, en forma multitudinaria y a pesar del desgaste impuesto por la directiva, se rechazó el preacuerdo con Telecom, defendido con uñas y dientes por la Directiva del Sindicato. La directiva desconoció el mandato de la asamblea y dio por aprobado ese preacuerdo.


Este mismo acuerdo ahora se extiende a Telefónica bajo la forma de una resolución del Ministerio de Trabajo. Fue presentado por la dirección del Sindicato como un “triunfo de los trabajadores”. Este supuesto “triunfo” se subordina al techo salarial del gobierno y establece cláusulas convencionales a la baja, como las guardias mínimas y los turnos rotativos para sectores técnicos. Se suma a esto mayores descuentos que en Telecom por los días de paro (420 pesos) y un mes de diferencia con el aumento obtenido en el caso de Telecom.


El techo salarial del 16,5% impuesto por las empresas y el gobierno (que recién en Marzo de 2008 pasa completamente al básico) representa un aumento real de entre 200 y 300 pesos según la categoría del convenio. Este “aumento” viene acompañado por una cláusula muy dañina que implica la imposición patronal de un año de espera (hasta julio de 2008) para volver a discutir el salario.


La tenacidad del gremio telefónico logró imponer la reincorporación del compañero Ariel Costilla, del edificio Republica, despedido por la patronal. Queda pendiente, sin embargo, la posibilidad de una causa penal contra el compañero.


A pesar del aislamiento impuesto por el levantamiento de las medidas en Telecom, los trabajadores de Telefónica terminaron profundizando las medidas de fuerza para evitar firmar un acuerdo peor al impuesto a los compañeros de Telecom. Para ello tuvieron que recurrir a las tomas de edificio, al paro por tiempo indeterminado y a las movilizaciones con piquetes y tomas en las sede de las empresas como Telefónica y Movistar.


La gran lucha de los telefónicos terminó con una migaja para empresas de primera línea, que son las que más ganan y fugan sus ganancias al exterior.


Los miles de trabajadores tercerizados, de “call center” y de plantel (contratistas y subcontratistas) han quedado fuera de estas paritarias. La tercerización continúa creciendo mientras los planteles internos de estas compañías siguen siendo vaciados.


La Agrupación Clasista Telefónica impulsó el rechazo a estos acuerdos y fue muy critica de la política de la Directiva. Luego de que la directiva desconociera la votación de la asamblea del 20 julio, sacamos una declaración –muy discutida en los edificios y en las asambleas– que advertía que “El fantasma de Guillan volvió a Foetra”.


La decisión de la Directiva de aprobar este acuerdo como sea se encuadra en la política general de las direcciones de la CGT y la CTA de marchar a un “pacto social” promovido por el Gobierno para acallar las reivindicaciones de los trabajadores. Una “concertación” con las centrales sindicales y los capitalistas de cara a la candidatura presidencial de CFK.