Este martes 10, Neuquén será escenario de una jornada convulsionada marcada por luchas de trabajadores estatales, docentes y desocupados. Los estatales van al paro por 48 horas, donde desarrollarán bloqueos en Casa de Gobierno y a la sede de YPF. Los docentes, quienes se encuentran en retención de tareas por el pago de salarios fuera de término, también irán a Casa de Gobierno. La acción de la docencia quedará en manos de la oposición, principalmente del Frente Multicolor, ya que la dirección de Aten está en cuarteles de invierno. Ambas acciones se inscriben en el marco de la lucha salarial.

Las organizaciones piqueteras y sociales van por una jornada de lucha de 48 horas, donde irán a los puentes carreteros, autovía norte y bloqueos a petroleras como Schlumberger. Esta acción de frente único está impulsada por el Polo Obrero, FOL, CTEP, Frente Popular Darío Santillán y Ceramistas, y se da en la lucha por trabajo genuino, aumento de los programas sociales y contra el desguace de la ayuda social del Estado.

La estrategia del gobierno, la burocracia y del clasismo

El gobierno se aferra a que la pandemia y el colapso sanitario contengan las energías de los trabajadores y su lucha. Gutiérrez rebajó salarios y desarmó el aguinaldo, pero va por más, pretendiendo un congelamiento (rebaja) salarial para todo el año 2021. Para este cometido, el gobierno contó y cuenta con el apoyo de las direcciones sindicales.

Asimismo, el gobierno extorsiona a los trabajadores diciendo que recién terminada la restructuración de la deuda provincial en dólares habrá aumento salarial, algo que es desmentido por su propio presupuesto provincial, que no estipula aumento salarial alguno. Lo que sí establece el presupuesto es continuar con el colosal endeudamiento superando los $30 mil millones, cifra que duplica la del año 2020. Es decir, la riqueza provincial en manos de los especuladores financieros.

La burocracia se encuentra presionada por una fuerte inquietud de los trabajadores y busca, con medidas parciales y sin unificación, que el fin de año no termine en un proceso huelguístico en ascenso. En el caso de Aten, la burocracia convoca a paros virtuales sin ninguna movilización callejera. La excusa es cuidar a los trabajadores de la pandemia, cuando sin trabajo y sin salario no hay condiciones sociales para la cuarentena, máxime en una provincia que ha sido pionera en la flexibilización de la cuarentena, que claro está, ha sido convertida en una máquina de regimentación social.

La dirección de ATE, inmersa en una crisis interna, ha pasado a la ofensiva con medidas callejeras y se viene con un paro de 48 horas. Pero se cuida de convocar a la unificación y con un programa de lucha que busca colocar las reivindicaciones obreras en el campo de las iniciativas oficiales. Aunque parezca contradictorio, las medidas de lucha de ATE contemporizan con el gobernador, que busca mayores ingresos de fondos nacionales y mejores condiciones de Nación para la renegociación de la deuda provincial. Por eso, la estrategia de ATE pasa por la creación de un fondo especial para el aumento salarial que provenga de fondos de Nación y de una restructuración del presupuesto provincial, la cual puede significar ajustes en otras reparticiones del Estado.

Para el clasismo se abre el desafío de colocarse como una canal de expresión de las fuertes tendencias de lucha y para ello la tarea central y exclusiva es desarrollar a fondo el frente único de lucha con un programa de independencia política del gobierno de Gutiérrez, y no como una fracción sindical que presiona a la burocracia para que esta se ponga a la cabeza de la lucha.

Por ello, más que nunca se pone a la orden del día el planteo de un congreso de delegados de base de la CTA y asambleas en aten para unificar en un plan de lucha común que derrote el plan de ajuste de Gutiérrez y Fernández. Junto a esta consigna, levantamos un planteo de salida que parta del repudio al pago de la deuda provincial y un impuesto a las grandes fortunas. El Partido Obrero batalla por esta perspectiva.