Sindicales

1/6/1994|420

Sevel: Los burócratas discuten “en secreto” con Macri

La patronal acaba de otorgar el equivalente a 40 horas de salario básico en cada categoría (por única vez) a cuenta de “futuros acuerdos”.


A diferencia del “arreglo” de José Rodríguez con la patronal de Autolatina, en Sevel el adelanto se descontará en futuras quincenas cuando se efectivice el nuevo acuerdo con el sindicato.


El adelanto “a cuenta” trata de descomprimir la presión en la planta. La burocracia maneja discrecionalmente la negociación, sin informar nada en la planta sobre su desarrollo.


Extraoficialmente se sabe que la burocracia de Curto se ha sentado ya con la patronal a discutir la nueva situación creada con el obrerazo de hace tres semanas.


Pero la situación de Sevel es más complicada que en el resto de las plantas automotrices por dos razones. Una, es que la rebaja salarial provocada por el corte de las extras no se puede recomponer con nuevas horas extras, debido a que el ingreso de los contratados cubre las necesidades de producción. Dos: es casi imposible el aumento en los ritmos de la producción porque han llegado a un límite.


Ni los trabajadores han alcanzado un grado de organización como para imponer una asamblea general, ni los burócratas están tampoco en condiciones de someter a una  asamblea (ni siquiera de secciones) los acuerdos miserables que están complotando con la patronal.


El clima interior es de una gran tensión. Los burócratas trabajan a “full”  en la intimidación de los compañeros en las secciones. El repudio contra ellos se ha generalizado. A pesar de que han montado un brutal operativo para que no entre ningún material de agitación en la planta, cada volante que los denuncia es pegado en los baños y pasado de mano en mano.


En las actuales circunstancias hay tres reclamos centrales. Incorporación definitiva al básico de las 40 horas adelantadas “por única vez”. Ni un despido, ni suspensiones. Preparar de-ta-lla-da-men-te la organización de la fábrica, sección por sección, para rajar a la burocracia, que está obligada a convocar a elecciones de delegados y a Comisión Interna en los próximos meses.