Sindicales

7/12/2017

Siete mil trabajadores marcharon contra el paquetazo del ajuste en Tucumán

Siete mil personas marcharon por las calles del centro de la capital tucumana contra los paquetazos de reformas, en el marco de la jornada nacional del 6 de diciembre. La nutrida convocatoria contó de cualquier manera con la limitación de su horario matutino, que en una jornada sin paros en la provincia (a excepción de ATE), le cerró la puerta a numerosos activistas –motivo por el cual desde el Partido Obrero habíamos propuesto que fuera realizada a la tarde.


Junto a la jornada nacional de lucha de la gremial estatal ATE, que participó de la movida con más de 300 trabajadores de distintas reparticiones provinciales, la movilización en Tucumán fue impulsada por iniciativa del clasismo y los agrupamientos combativos a partir de una asamblea de los docentes universitarios agrupados en Adiunt y con la convocatoria de la CTA autónoma, alrededor de la cual se fueron integrando el sindicato de municipales de Aguilares, el sindicato de enfermeros Site, el Sitas-Fesprosa (Salud), Sadop (docentes particulares), los Jubilados de la Plaza y las organizaciones sociales como el Polo Obrero, la CCC, la Darío Santillán, el MIJD y una columna de Barrios de Pie que arribó cuando concluía la jornada de lucha, entre otras. El Partido Obrero asistió con una columna de 700 compañeros.


Frente a la Casa de gobierno se montó una tribuna donde hablaron oradores de los sindicatos y organizaciones sociales presentes, empezando por el secretario general de la CTA y Ariel Osatinsky, secretario general de Adiunt y referente del Partido Obrero. Los discursos apuntaron en su mayoría no sólo al macrismo, impulsor de esta guerra contra el pueblo trabajador, sino también contra los gobernadores y el PJ que lo acompañan, haciendo especiales menciones al gobernador Juan Luis Manzur y a los diputados peronistas que recientemente hicieron demagogia electoral hablando de la “defensa a los tucumanos” frente a los ataques del ejecutivo nacional. En el caso de Osatinsky, la denuncia alcanzó al triunvirato de la CGT, que sin mandato alguno se aprestó a acordar la reforma antiobrera del gobierno.


La jornada del 6 duplicó la concurrencia de la convocatoria del 29 impulsada por la CGT de Tucumán. La jornada del 29 fue mas limitada en sus planteamientos, limitados a denunciar a Macri: ni una palabra sobre los gobernadores o el triunvirato de la CGT nacional, y peor aún sin trazar un plan de lucha –expresión de ello es que boicotearon a la jornada del 6, aunque se logró que algunos de sus sindicatos participaran, como Sadop.


Mención especial merecen Uatre y Fotia, los sindicatos de los obreros del citrus y azucareros, ya que estos ni siquiera hicieron mención alguna a todas estas medidas antipopulares –lo cual es doblemente grave si se tiene en cuenta que por la caída del precio del bioetanol y la suba del impuesto a las bebidas azucaradas, las patronales ya están reclamando convenios a la baja para mejorar la “competitividad”.


La mayoría de los discursos y el espíritu del acto del 6 apuntaron sobre la necesidad de avanzar en una acción común de lucha y continuar la pelea hasta ganar.


Sin embargo, esta unidad no puede prosperar sin una delimitación de campos, sin la divisoria de aguas con el gobierno provincial y la burocracia de la CGT que apoyan al macrismo. Para eso es necesaria una acción independiente de clase que organice la pelea repartición por repartición y fabrica por fábrica, y desemboque en un congreso sindical provincial de delegados con mandatos de asambleas. Es también el camino para avanzar hacia una nueva dirección en el movimiento obrero provincial.