Sindicales

15/6/2006|950

“Son los únicos que ponen la cara”

La Bordó-Marrón en el Soip


Hemos denunciado que en el Soip no hubo paritarias. Samuel Salas, el secretario general, explica que  ya no tenemos relación de fuerzas para eso”, y se pregunta: “¿En nombre de quién discutimos, para los que están en blanco o para los que están en negro?” (revista Puerto, mayo/2006).


 


“La respuesta la dio el Soip en 2002”, contestó Patricia Comparada-a la misma revista. “Después de una huelga de 15 días, con piquetes, del blanco y el negro, impusimos un 30% para toda la industria, convencionados y cooperativizados. A la patronal que no lo cumplía le caíamos encima organizando a los compañeros de las plantas. Así blanqueamos en pocos meses seis plantas con el convenio ’75. Las patronales empezaron a comprender que no tendrían alternativa ante la nueva dirección.”


 


Al año siguiente, una Asamblea General de 700 compañeros eligió una comisión paritaria, la mayoría de cuyos dirigentes integran hoy la Bordó-Marrón. Un golpe de Estado contra esos paritarios, desautorizándolos ante el Estado, marcó el pasaje de esta conducción al campo de la patronal.


 


Dos plantas en lucha Hoy es todo el revés que en 2002. En la empresa 14 de Julio se firmó por un 13% al básico, menos todavía que la miseria firmada para el blanco. A los temporarios la patronal les ofreció un centavo de aumento por kilo de pescado. La respuesta vino de piquetes con gomas en la puerta de la planta. Allí estuvo la Bordó, denunció el acuerdo en los medios y consiguió una audiencia en el Ministerio para los compañeros, haciendo de sindicato, porque el sindicato se borró.


 


En Siete Mares, los obreros ocupan la planta. Ante su reclamo de blanqueo los despidieron a todos. La directiva los tiene aislados, sólo les reparte un Bolsón y los amenaza con “quitarles el respaldo” si intervienen las otras listas (es decir, la Bordó, que ya estuvo al lado de los obreros).


 


Nuestra agrupación hace campaña luchando, así ganó el prestigio que la llevó en el pasado a la dirección del sindicato. Reclama inmediato plenario de delegados para apoyar a 14 de Julio y Siete Mares y organizar la lucha por la unificación salarial de toda la industria.


 


La cara y algo más El 25 de mayo se reunieron 125 obreros del pescado convocados por la Bordó-Marrón. El locro, a razón de 10 pesos el plato, reunió buenos fondos, que se suman a los aportes, rifas y otras iniciativas. El 24 de junio se hará una fiesta en la que van por 300 participantes.


 


El autofinanciamiento es un método de clase que formará una verdadera agrupación clasista y tiene en este caso el componente de la movilización creciente del activismo en una escala poco vista en las listas antiburocráticas, más meritoria aún en el cuadro de desmovilización y “paz social” que ha impuesto la actual directiva a este combativo gremio.


 


En el plenario de la Bordó, en el que estuve presente, con 35 compañeros, evaluamos la campaña y nos dimos objetivos.


 


Salimos a conquistar 100 fiscales, para quebrar los intentos de fraude. Elevamos denuncias al Ministerio de Trabajo y a la Junta por la irregularidad de los padrones, exigiendo garantías en el método de votación. 


 


Son los únicos que ponen la cara”, dicen los obreros de Indupesa, una de las empresas más grandes, por el afiche con foto colectiva. Tenemos trayectoria para poner la cara. Patricia Comparada irá a la puerta de las 45 plantas en las que se vota. El sábado 10 de junio, dos brigadas de todos los integrantes de la lista estarán en los puntos de paso de todos los obreros del puerto.


 


Habrá una declaración especial para la rama conserva, discriminada salarialmente. En un volante para La Campagnola, cuyo delegado integra la lista Blanca-Azul y Blanca, se llamará a no perder el voto en esa lista del impresentable Casariego, el burócrata echado en la elección anterior.


 


La campaña se calienta y empieza a polarizarse entre la Celeste y la Bordó. Es el camino.