Sindicales

15/4/2010|1124

Sube la marea en la alimentación

En la cancha se ven los pingos

El paro de dos horas por turno del viernes 9 de abril ha sido cumplido en grande en todas las plantas del país del gremio de la alimentación.

En principio, el movimiento fue para reclamar el adelantamiento de la paritaria, pero ya se está discutiendo de lleno el aumento. La patronal ofreció un 23% en cuotas, rechazado por la directiva de la Federación nacional que responde al moyanista Morán.

Funes de Rioja, el pope jurídico de la UIA, asesor de la Copal (alimentación), pidió la conciliación obligatoria que Tomada negó. Moyano está promoviendo reuniones con los empresarios de la actividad para discutir la cuestión de los aumentos de precios. Busca una coartada “antiinflacionaria” para toda la burocracia que está firmando a la baja. Por otro lado, mete la mano en la paritaria de la alimentación, donde reclama llevar el mínimo de 2.300 pesos a 3.200, un 40%. La Federación le dice por lo bajo a las seccionales que no firman por menos de tres mil, y el propio Daer ha salido con todo a reivindicar los 3.200 pesos. Ha convocado a una movilización masiva del gremio el miércoles 14 y un plenario nacional de delegados después de la movilización.

La ‘radicalización’ de la burocracia parece antender a la realidad de un gremio que tuvo recientemente un paro en su planta de Arcor Córdoba por un despido, que tiene elementos combativos en ese cuerpo de delegados y también en el de la planta de Arcor de la localidad de Salto; otro tanto en la planta de Lía, la ex Bagley cordobesa; un proceso que llevó a la ocupación de fábrica y a una nueva interna en Fargo de Moreno; todas en áreas de la federación de Morán.

En el sindicato Buenos Aires, dominio de Daer, el proceso de Kraft movió las aguas de todas las plantas. Ahora viene una elección de delegados en Stani, una planta de 800 compañeros, cuyo futuro está en discusión desde la fusión internacional Kraft-Cadbury, propietaria de Stani argentina. Aquí domina una lista ligada a la Agrupación Azul, moyanistas allegados a Daer, que no jugaron ningún papel en la lucha de Kraft, y se plantea la posibilidad de que compita una lista clasista.

Desde luego, el gran partido se juega en Kraft. En Prensa Obrera señalamos la oportunidad perdida en el paro de una hora para organizar una asamblea general de planta y retomar la iniciativa frente a la patronal. Ahora se produjo el paro de dos horas por turno y otra vez los congresales de Daer se pusieron a la cabeza, mientras la interna marcó que “es el paro de una burocracia que va a traicionar”. Segunda oportunidad perdida. Ahora quién va a movilizar, ¿Daer otra vez?

La burocracia sindical se ve obligada a chocar con las patronales, pero en la cancha se ven los pingos. Obligada la burocracia a decretar paros, primero de una hora, luego de dos, más tarde a movilizar y después a convocar un plenario nacional de delegados, es hora de organizar efectivamente cada fábrica mediante asambleas generales que mandaten a los delegados, por el 40% sin cuotas, contra todo despido, por la incorporación de todo negro al básico, por un paro activo nacional, poniendo en pie a cada fábrica contra la ofensiva de cada patronal; sentando las bases de un reagrupamiento antiburocrático nacional.