Sindicales

25/10/2018

Suben los alimentos, pero los salarios de la Alimentación son los que más cayeron

En un escenario de crisis y caída de la producción, es cuando más se necesita una intervención de conjunto del gremio.

Finalmente, la Federación de Trabajadores de la Alimentación (FTIA) solicitó a la Cámara Empresaria (Copal) la reapertura de paritarias. Los dirigentes del sindicato tuvieron que reconocer, al hacer el pedido, que el 24% que acordaron en los últimos días de junio ya estaba pulverizado por la combinación de la inflación y la devaluación.


La respuesta de Copal, en palabras de su presidente Daniel Funes de Rioja, fue que tomaban “con sorpresa” el pedido, ya que “todavía de ninguna manera se ha erosionado el poder de compra de ese convenio”. Son declaraciones que refuta tajantemente el reciente informe de la Secretaría de Trabajo, que demostró que la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores de la Alimentación es la más alta de todos los rubros, y que la erosión interanual del poder adquisitivo ronda el 17,3% (La Nación, 22/10)


Sin pan…


La licuación del salario ha dejado a la totalidad de las escalas por debajo de la línea de pobreza. Según el INDEC, en setiembre se necesitaron $22.558 mensuales para no ser pobre, mientras que el salario neto de un oficial (una de las escalas más altas del convenio) es de $21.837. El resto de las escalas no llega a cubrir la canasta de pobreza ni con la totalidad del básico.


Este empobrecimiento masivo contrasta con los aumentos siderales de los precios de los alimentos: “la inflación acumulada en lo que va del año llegó al 32,4% pero en los alimentos crece al 35,8%. Y en el desagregado producto por producto, los más básicos sufrieron aumentos muy por encima de ese nivel. En sólo 9 meses, los alimentos subieron hasta el 140%” (!!) (Minuto Uno, 18/10). Esto significa que la Copal ya se cobró varias veces la paritaria, antes de pagar la última cuota.


Medido en dólares, el golpe al salario de los trabajadores de la alimentación es aún mayor: un operario inicial ganaba en mayo, antes de la paritaria, un salario mensual de 987 dólares de básico. Hoy, habiendo cobrado dos de las tres cuotas de la paritaria… el salario inicial básico es de 594 dólares. ¡Una reducción del 66%! Ello en una industria con amplios mercados de exportación.


… y sin trabajo


Este escenario de derrumbe salarial repercute directamente en el consumo y, sumado a una tasa de interés crediticia del 70%, ha puesto a la industria alimenticia en la picota. El mismo Héctor Daer de la FTIA declaró que “el conjunto de la pequeña y mediana industria están al borde de la bancarrota, y las grandes industrias están produciendo al 50%”. La clase capitalista no puede escapar a sus propias leyes de funcionamiento.


La empresa del vicepresidente de la Copal Camilo Carballo, Alco-Canale, ha sido declarada en quiebra por la justicia laboral. El Gripo Canale, que tiene distintas plantas en Buenos Aires, Mendoza, Catamarca y Río Negro, hace años que viene en concurso de acreedores y con atrasos en los pagos. El empresario, que terminó con inhibición de sus bienes, ya había dividido en partes al grupo (Industrias Alimenticias Mendocinas y Camino SA) para evitar una quiebra de conjunto.


La empresa Cereal Tres Arroyos, con dos plantas en la localidad homónima de Buenos Aires y una en el Parque Industrial de Pilar, está sin producción hace más de un mes, con grandes atrasos en los sueldos y la parte empresaria ha desaparecido de las plantas. Bimbo cerró la planta de Fargo Pacheco; se vienen despidos en Alimentos Modernos.


Ovoprot cerró su planta en Sauce Viejo. Granja Tres Arroyos se hizo cargo de Cresta Roja dejando afuera a casi la totalidad del personal. Mondelez prepara un golpe a sus trabajadores, con despidos hormiga en su planta Pacheco y un agudo plan de vaciamiento de su planta Victoria. Las dos plantas de Criave terminaron cerradas.


Dos políticas, una sola salida


En un escenario de crisis económica y caída de la producción, es cuando más necesaria se hace una intervención de conjunto. Ese es el rol que debería jugar el STIA, pero del que reniega la Comisión Directiva de la Lista Verde, aislando los conflictos que aparecen por todos lados, limitándolos a la lucha por el cobro de las indemnizaciones. La lucha salarial por la reapertura de paritarias está condicionada directamente por esta situación.


Es necesario que todos los trabajadores del gremio debatan esta situación de desplome salarial, despidos y cierres, para elaborar un programa de salida a la crisis y un plan de lucha para conquistarlo. Para eso tenemos que poner en pie una asamblea general de trabajadores de la alimentación y luchar por:


1) Defensa de un salario equivalente a la Canasta Familiar. Reapertura de paritarias inmediata.


2) Prohibición de despidos. Ocupación obrera de toda fábrica que cierre o despida masivamente.


3) Apertura de los libros contables de todas las empresas que declaran estar en crisis.


4) Un Plan de Gobierno para que se vaya Macri y se impongan las reivindicaciones obreras.