La campaña electoral nacional encuentra al macrismo apurando el "corte de cintas" con fines propagandísticos. De la misma manera que ha generado un caos en el tránsito automotor con obras rápidas (y precarias) de pavimentación, pretende inaugurar, a como dé lugar, nuevas estaciones de subte. Sólo que el rey del ajuste se propone hacerlo sin el personal y sin las condiciones operativas y de seguridad imprescindibles. Así, por ejemplo, el actual plantel de conductores y guardas debería hacer más viajes, con menos tiempo de descanso, para abastecer el mayor recorrido correspondiente a la extensión de líneas como la B, la A o la H. Pero además, los delegados han denunciado graves defectos estructurales en los nuevos recorridos. Como filtraciones e inundaciones en varias estaciones, con un gran peligro de descargas eléctricas. O la ausencia de comunicación entre conductores entre sí y con la cabina de control en los nuevos tramos. O la falta de condiciones mínimas de higiene y seguridad en los cuartos de relevo y en supervisión de tráfico. Un cuadro peligroso, que remite al recuerdo fresco de los últimos accidentes ferroviarios.

Tanta torpeza patronal ha colocado en estado de conflicto a los trabajadores de tráfico en dichas líneas, quienes de acuerdo con la extensión de la red, piden condiciones elementales de trabajo y seguridad del servicio. Sumándose a esto, también hay sorpresivas modificaciones en los horarios y condiciones de trabajo de los talleres mecánicos, al servicio de un esquema de mantenimiento que contempla la tercerización de un 70% de los trabajos hacia empresas comprometidas con el derrumbe del sistema ferroviario. A partir de las denuncias de los delegados de los sectores afectados, el sindicato del subte prepara una conferencia de prensa, donde se hará pública esta crítica situación.