Sindicales

5/1/2017

Subte: el levantamiento del paro y los reclamos pendientes

Tras 36 horas de huelga en la línea C, los trabajadores obtuvieron concesiones. Es necesario un plan de acción por las medidas de seguridad y el protocolo.


El paro de una jornada y media de la línea C fue levantado esta tarde, sobre la base de la obtención de varios reclamos de los trabajadores. Entre ellos, instalaciones más amplias para la permanencia del personal de tráfico, en el esquema transitorio de funcionamiento para las obras en estación Constitución; francos alternados, para evitar la sobrepoblación de trabajadores mientras duren las obras, y el cambio de la cabecera de estación San Juan a Independencia, que cuenta con una mayor amplitud para la circulación de pasajeros y personal.


La asamblea de trabajadores del turno tarde que votó la suspensión de la medida consideró que estas mejoras, logradas con la lucha, implican un avance. Existe, sin embargo, una insatisfacción por reclamos pendientes, especialmente en cuanto a las condiciones de trabajo del personal, como la falta de garantías de que el material empleado sea ignífugo o de que exista un plan de evacuación para casos de emergencia en las instalaciones improvisadas. Se trata de medidas ignoradas por la empresa en la total improvisación con la que han encarado las refacciones.


En este cuadro, las declaraciones de dirigentes del sindicato, focalizando en el estado de los sanitarios, implican limitar lo que es un panorama mucho más amplio del estado de seguridad en el subte. En la misma línea C, por ejemplo, el mantenimiento de material rodante no se está realizando, ya que el traslado del taller San José (que debe ocuparse de eso), se ha postergado por deficiencias básicas en la vieja cochera adonde se propone trasladarlo. La resultante es que el reanudamiento del servicio, sin mantenimiento diario de los trenes, supone un riesgo para trabajadores y usuarios.


Estos elementos forman parte de toda la crisis de seguridad en el subterráneo, que llevó a la quinta muerte de un trabajador en los seis últimos años y motivó la lucha por el protocolo de seguridad y la mejora de las condiciones de los talleres.


Una evidencia de ello –así lo denunció Christian Paletti, delegado de talleres, de la Agrupación Naranja– fue el corte de un cable aéreo de energización del tren (catenaria) ocurrida ayer en la línea D, producto de una reducción de mantenimiento por trabajos riesgosos en el taller de esa línea. O los desperfectos sistemáticos que obligan al atraso del servicio hoy día en la línea E, porque la obsolescencia de los trenes es insostenible.


Es en este cuadro general que un sector de delegados, y en particular la Naranja, vienen planteando la necesidad de tomar medidas de acción que obliguen a la empresa a renovar el sistema de seguridad en el subte y los protocolos respectivos. Y de que la conducción de AGTSyP, que actualmente recorre los sectores exhortando a los trabajadores a cumplir normas de seguridad –es decir, a hacerse cargo de una tarea que corresponde a la patronal– organice comisiones obreras de seguridad con el mandato de parar toda tarea riesgosa.


 


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