Sindicales

29/11/2012|1250

Subte: El traspaso, un plan de guerra con venia K

El proyecto de ley de traspaso del macrismo viene con un ajuste bajo el brazo, tal como era el propósito de los K. Contempla aumentos en los peajes, los combustibles y las patentes, sin excluir -para nada- un nuevo aumento de la tarifa. “Son 40 centavos por litro de nafta especial, 30 centavos por litro en el resto de las naftas y 20 centavos para gasoil” (dijo Vidal a Página/12) y un 10% en patentes automotores. Un impuestazo generalizado. El aumento del pasaje llegaría, en varias etapas, a 4 pesos.


Este plato fuerte viene con mucha pimienta, pues la ley declararía “esencial” el servicio del subte, para obligarlo a prestar servicios mínimos de emergencia en caso de conflictos sindicales (una frecuencia mínima del 90% en horas pico y 60% en horario normal). También prevé una reducción de personal y una extensión de la jornada para ciertas funciones (legislador macrista Ocampo).


Semejante ofensiva antiobrera ha descolocado a la conducción ultrakirchnerista del sindicato del subte, que hizo una campaña de meses para “que Macri se haga cargo”.


La base del sindicato ha leído todo esto en los diarios, pero desconoce qué está haciendo la directiva. Según el portal Minuto Uno, el secretario general Pianelli adelantó que “los metrodelegados no se opondrán a los aumentos de impuestos para financiar el subte, siempre y cuando precisen para qué se van a usar los fondos”. No hay siquiera una referencia a las ganancias de Metrovías, cuyos ingresos se multiplican como consecuencia de la explotación que realiza de distintos servicios comerciales y publicitarios, o incluso por el uso de las instalaciones para la conexión inalámbrica. Las reuniones que tienen lugar en la Subsecretaría de Trabajo porteña se han limitado a generalizar un plus salarial que, en ocasión de la huelga de diez días, se liquidó sólo a los carneros.


El tema de la personería gremial del sindicato no es menor, ya que habilita a la firma de convenios y escalas salariales. Carlos Tomada viene prometiendo, desde hace un año, una compulsa que determine el ámbito de cada sindicato -AGTSyA y UTA. Las versiones de que tendría lugar en febrero (una fecha extraña) no han sido confirmadas.


El traspaso macrista plantea un tarifazo para la población (de la Capital y el conurbano) y es la antesala al aumento del transporte metropolitano. El paquete legislativo del traspaso, que requiere el acuerdo K para recibir sanción, incluye una liquidación de importantes derechos y conquistas obreras.


Lo único que cabe es salir a enfrentar esta ofensiva con la más amplia movilización popular. La atadura de la directiva del sindicato al kirchnerismo es el principal freno para el éxito de esta lucha.