Sindicales

6/12/2018|1531

Subte: las enseñanzas de la elección en la AGTSyP

Agrupación Naranja del Subte

En los comicios para la renovación de la conducción de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (AGTSyP), la oposición de izquierda conservó la minoría en el Secretariado Ejecutivo, en un cuadro general de relativo conservadurismo político.

Sobre 1.675 votantes, el oficialismo kirchnerista obtuvo un 67% -la Roja y Negra de Roberto Pianelli y Néstor Segovia- y un 33% la opositora Lista Multicolor -un frente de las agrupaciones Naranja, orientada por el PO, Bordó (PTS) y Violeta (desprendimiento disidente del pianelismo).


Con estas cifras, la conducción Rojo y Negra obtuvo un progreso de 11 puntos -los mismos que pierde la oposición- respecto de la elección anterior en 2015. Cabe aclarar que en aquella oportunidad, la “oposición” no se presentó en un frente único como ahora, sino como dos listas: la Naranja, que obtuvo un 17% de los votos y la Bordó-Violeta que se repartieron con un 27%. La constitución ahora de un frente común fue saludada y vista con gran expectativa por el activismo más combativo.


Con excepción de la Línea B, donde la Multicolor derrotó al oficialismo por 60 a 40 por ciento, en el resto de las líneas el retroceso relativo coincide con una pérdida de delegados en el período, especialmente del sector Estaciones. La Línea C, donde en 2015 triunfó la oposición, fue recuperada ahora por el pianelismo.


Este progreso parcial de la Roja y Negra está vinculado, en el cuadro más general, con un relativo impacto en las bases de su campaña “votemos bien en 2019” (y evitemos la lucha hoy). Su postulación actual, como relevo del macrismo, contrasta con la situación agónica del kirchnerismo en aquel 2015.


En el terreno de la elección, el oficialismo se presentó como garantía de estabilidad, sin despidos. La amansadora de cinco meses de medidas anodinas -apertura de molinetes con regalo de café al pasajero-, mientras la UTA manejaba “a piacere” la paritaria con el macrismo, fue presentada como una resistencia “inteligente”. Pero terminó mal, con una fuerte caída salarial y la capitulación bajo la forma de un acta antihuelga, que firmó la conducción, y que estipula que, en caso de paro, no se impedirá manejar los trenes a jefes y carneros.


La participación de la oposición en el nuevo Ejecutivo, que ya existía y pasó casi desapercibida en el mandato que termina, se ve reforzada ahora con la participación de Christian Paletti, de La Naranja y el Partido Obrero, y que junto a Claudio Dellecarbonara, del PTS, pueden constituirse en la voz del clasismo desde la minoría de la conducción. Y constituir una expresión importante del Frente de Izquierda, en un ámbito muy sensible de las luchas obreras del próximo período. Tres vocales para la oposición, entre los 27 miembros del organismo, es una representación muy inferior al tercio de los votos obtenidos, y por lo tanto antidemocrática; pero puede ser el foco de una importante agitación, alternativa al inmovilismo yaskista, para impulsar iniciativas que ayuden a un reagrupamiento clasista en todo el subte.


La derrota del oficialismo en la Línea B es muy importante porque demuestra, por oposición al conservadorismo kirchnerista, que la lucha rinde. Allí, una base organizada con un funcionamiento asambleario y métodos de acción directa se hace respetar y no ha cedido a la sistemática política flexibilizadora de la patronal y el macrismo. Hay que extender a otras líneas y talleres un trabajo preparatorio de ese tipo ante los inevitables choques que se avecinan con el plan de ajuste patronal.


La lista del frente Multicolor realizó una gran campaña, con recorridas en todas las líneas exponiendo un programa antiburocrático para “recuperar la fuerza de nuestra organización”. La Naranja en particular, sobre el cierre, realizó un asado de candidatos y activistas, y repartió masivamente un volante reclamando la asamblea general por la reapertura de la paritaria y la formulación de un plan de lucha.

En un clima general moroso, provocado por el fuerte derrotismo de una conducción totalmente adaptada, los 544 votos de la Multicolor deben ser la base de un reagrupamiento para la recuperación de la combativa tradición de los luchadores del subte.