A pesar de las expectativas, la conducción del sindicato no anunció ninguna medida de acción y se limitará a apelar a la Suprema Corte,  un procedimiento de final incierto y que puede demorar años.

Repite así una conducta, ya que la directiva yaskista nunca colocó la legitimación del sindicato y, por ende, la expulsión de la UTA del subte, en el terreno de la lucha del gremio. Durante años depositó la confianza en que el gobierno kirchnerista se volcaría de su lado, cosa que no ocurrió. Tomada y el régimen K fueron aliados de la burocracia de Fernández, con la que firmaron todos los convenios y trataron todos los conflictos, subordinando a la AGTSyP a una coexistencia asfixiante con la patota protegida. Fue solo cuando estuvo con el pie en el estribo, que Tomada otorgó la personería a AGTSyP.  La dirección sostiene que se trata de un ataque político del gobierno macrista, pero conduce al sindicato a la parálisis. Es urgente modificar esta postura y poner en marcha la movilización de la AGTSyP, comenzando por un paro con movilización al Ministerio de Triaca y poner 3000 trabajadores en la calle.  

 

 

 

"El fallo prácticamente cancela toda posibilidad de discutir el unicato sindical de la burocracia sindical porque convalida la propiedad de la personería gremial aunque la UTA no tiene mayoría de afiliados como exige la propia ley de asociaciones sindicales", dijo el diputado del Frente de Izquierda-Partido Obrero Néstor Pitrola.

 

Es también funcional a las paritarias a la baja que pretende imponer el gobierno y al ataque a los convenios colectivos, que los trabajadores del subte han defendido con uñas y dientes, en particular las seis horas por insalubridad conquistadas hace más de 15 años.

 

Esta lucha recién empieza.