La conducción kirchnerista de la AGTSyP viene sufriendo una degradación sistemática.

Su subordinación a las políticas oficialistas, no sólo de cuño K, también macristas, la someten a una absoluta parálisis ante la ofensiva antiobrera en curso en el subte.

Un punto extremo del dejar hacer de esta directiva es su inacción ante las sanciones sistemáticas y denuncias judiciales contra delegados y activistas de la AGTSyP, con que el macrismo pretende quebrar toda resistencia a su plan de flexibilización y reducción de personal. Ninguna campaña ni acción gremial de rechazo.

Y no es inexplicable, si se tiene en cuenta que la ley del subte -4472/12-, cuyo articulado habilita esta persecución, fue aprobada por en unidad por el PRO y la bancada del FpV, y contó con la colaboración de Pianelli y Segovia en su redacción.

La degradación de la conducción K es la culminación de un largo proceso de cooptación política patronal. Provenientes de la izquierda, Pianelli y Segovia se han derechizado sin interrupción. Primero, en el Movimiento Intersindical Clasista, un agrupamiento centrista cuyo lema fue “cavar trincheras con la burocracia”. Luego, el viraje hacia la CTA en su versión más derechista. Y políticamente, a la colectora sabbatellista del FpV Pianelli, donde apoyó a los emblemáticos enemigos de los trabajadores del subte, Tomada e Ibarra. Y Segovia, incorporado al Miles de D'Elía. Al final de este camino de descomposición propatronal, hoy Pianelli milita por la fórmula Aníbal Fernández-Sabbatella y Segovia por la de Domínguez-Espinoza, ambas vertientes de Scioli, el candidato del gran capital.

La recuperación del sindicato del subte para los intereses de clase de los trabajadores, supone la superación de la degradación político patronal de su dirección. El Partido Obrero, y el Frente de Izquierda que integra, lucha por esa alternativa.