Sindicales

6/4/2000|661

Supermercados = Superexplotación

En la Capital Federal el número de supermercados crece día a día, debido a las grandes ganancias que reportan. Solamente Coto, con sus 90 sucursales en esta ciudad, facturó, en 1999, la suma de 1.300 millones de pesos. La facturación total de las principales 7 cadenas llega a los 9.000 millones de pesos (obviamente, todo este dinero se va para afuera, ya que la mayoría de los capitales son extranjeros).


En contraste con estos números, los sueldos de los trabajadores son los más bajos (un mínimo de 280 pesos mensuales), las normas de seguridad son violadas ocasionando accidentes de trabajo, los horarios son rotativos (mañana, tarde y noche) imposibilitando cualquier otra actividad (la mayoría del personal está compuesta por jóvenes que se ven obligados a dejar de estudiar), las horas extras no son pagadas, los viáticos tampoco.


Esta situación se va a agravar gracias a la reforma laboral del PJ y la Alianza, que permite alargar el período de prueba hasta un año, sin indemnización en caso de despido. Los dueños de estas cadenas (agrupados en la Cámara Argentina de Supermercadistas) ya felicitaron al gobierno aliancista desde su revista mensual (CAS&FASA, Nº 36) por terminar lo que Menem inició, “con el objetivo de mejorar la competitividad de las empresas”.


Esta situación de superexplotación no le preocupa a ninguno de los candidatos de los partidos de la reforma laboral (Cavallo-Ibarra), El Partido Obrero plantea:


-que se respeten las 8 horas;


-que se paguen los viáticos y horas extras;


-turnos francos y fijos; salario mínimo de 600 pesos;


-Por una ciudad para los trabajadores.


 


Superexplotación en coto


En el marco de la campaña que está realizando el Partido Obrero de la Capital sobre los supermercados, realizamos una entrevista a un compañero de Coto, repositor, que se ha sumado a esta campaña. Por las condiciones de represión patronal imperantes en estas empresas, omitimos mencionar su nombre.


PO: Contanos cómo son las condiciones laborales en estos supermercados.


R: Son muy difíciles; los turnos son rotativos, y así no podés estudiar (la mayoría son jóvenes). Además no existe más el pago de horas extras, te obligan a trabajar los domingos y te dan el franco a mitad de semana, si te lo dan.


La comida, que está hecha con los productos que se devuelven o están vencidos, antes te la daban pero ahora te la venden.


PO: ¿Qué hace el gremio frente a todo esto?


R: El sindicato, el del menemista Cavalieri, no existe. Yo trabajo para (…) y me cambiaron de sindicato a Atildra, que es un convenio con las empresas que producen lácteos. Ahora tenemos menos beneficios que con el de Comercio. En general, los supermercados grandes son los únicos que tienen delegados, aunque son truchos; son unos vendidos que pone Cavalieri. Los tercerizados, los contratados por medio de una agencia, son los que peor están porque no tienen a quién reclamarle nada, y éstos son el 70% de los repositores.


PO: ¿Qué pensás acerca de construir un partido de la clase trabajadora como herramienta de lucha para terminar con estas situaciones de explotación?


R: Si uno ve las necesidades de los trabajadores, ve la necesidad de un poder propio, y el hecho de que exista un partido obrero y clasista es lo fundamental.


Cristian (Sociales-Almagro)