Sindicales

24/3/1994|414

También por el camino de La Rioja y Santiago del Estero

Las clases “comenzaron” en Jujuy con un multitudinario paro y movilización docentes en reclamo de aumento salarial.


El salario de los docentes jujeños es de 223 pesos por mes, uno de los más bajos del país.


El estado deliberativo y de movilización de los docentes es común a toda la administración pública; los estatales tie­nen sus salarios congelados desde 1991.


Contra todas las mentiras que pone en circulación el gobierno, la miseria de tos estatales jujeños no es la consecuencia de la “falta de ajuste”. Muy por el contra­rio: el gobierno ha despedido en el último año a 2.500 contratados, agravando enormemente la desocupación, que roza el 30% de la población. Al mismo tiempo, ha lanzado una política de “austeridad” que no sólo ha congelado los salarios de los estatales sino también el “gasto so­cial”, liquidando un conjunto de servidos a la población, en particular la educación y la salud. Hoy, según las propias estadís­ticas oficiales, el 49% de la población tiene sus “necesidades básicas” insa­tisfechas, la mortandad infantil ha trepado al 33% —una de las más altas del país— y se registran anualmente 45.000 casos de diarrea.


Esta verdadera masacre social no ha producido el esperado “equilibrio pre­supuestarlo”, porque las “economías” se esfumaron con la derogación del im­puesto a los sellos e ingresos brutos es­tableado en el “Pacto Fiscal” cavalliano. Se trata de una radiografía insuperable del régimen político, que hambrea en masa a la población para llenar tos bolsi­llos de un puñado de parásitos.


La miseria salarial ha creado una si­tuación explosiva en toda la provincia. Como las cosas se están poniendo “es­pesas”, la Legislatura ha comenzado a discutir “un aumento de emergencia”, es decir, una miseria para descomprimir la situación. Pero ha trascendido que el Ejecutivo vetaría incluso un aumento mi­serable en nombre del “equilibrio presu­puestarlo”


Semejante posibilidad ha llevado al corresponsal de La Nación (17/3) a pro­nosticar que “si esto sucede… la agita­ción social puede volverse creciente y hasta impredecible” ¿Impredecible? Ciertamente no, también Jujuy marcha por el camino que ya han recorrido San­tiago y La Rioja.