Sindicales

11/7/1996|502

TELAM debe convocar a todo el gremio de prensa contra su liquidación

El nuevo presidente de la agencia de noticias Télam, encargado de proceder a su liquidación, Amílcar Antognoni, acaba de reafirmar en declaraciones a la agencia Reuter, por si quedaba alguna duda, que no va haber venta, “sino cesasión, fin”.


La liquidación de Télam, que cuenta con unos 700 empleados, se enmarca en el decreto menemo-cavallista 660, por el cual el Congreso otorgó poderes especiales al gobierno para modificar la estructura de la administración pública. Sin embargo, la conducción centroizquierdista-radical del sindicato de prensa (UTPBA) intenta llevar a los trabajadores al suicidio, al centrar todas las expectativas en lo que resuelva una comisión bicameral del Congreso, que tiene un poder de veto que no ha ejercido nunca (ni ejercerá) sobre las iniciativas de achicamiento de la administración pública del gobierno.


No es de extrañar esta orientación en una conducción políticamente subordinada a las distintas vertientes patronales de ‘oposición’, que jamás ha convocado, y menos movilizado, al gremio en ninguno de los conflictos ni sangrías anteriores (casos más recientes: El Expreso, despidos en La Prensa, en La Unión, etcétera), y que ahora está centrando sus principales esfuerzos en la privatización de la obra social de prensa. El peligro reside en que la comisión interna de Télam, recientemente electa, siga al pie de la letra esta política.


¿Pero a dónde puede conducir esta política, si el gobierno y la oposición estuvieron totalmente de acuerdo en la privatización de la publicidad de las empresas del Estado, que antes pasaba por Télam? Unos y otros quieren liquidar el sector de publicidad de la agencia y reducir sustancialmente el sector periodístico, para generar una nueva empresa “reestructurada y no deficitaria”, es decir, súper flexibilizada, según palabras del flamante presidente liquidador de Télam. Quiere decir que en Télam no sólo están en riesgo los puestos (y la fuente misma) de trabajo, sino también las condiciones de trabajo, esto es, el convenio colectivo de prensa.


Desde la Lista Naranja de Prensa llamamos a pegar un giro de 180º en la orientación que propone la conducción de la Utpba, para que la interna apunte a desmarcar a los trabajadores de cualquier salida parlamentaria. ¿O acaso las comisiones parlamentarias fueron efectivas alguna vez en impedir los latrocinios de las privatizaciones?


Télam, como una de las principales empresas del gremio, está en condiciones de generar un reagrupamiento que cambie de punta a punta la situación en Prensa. Pero para esto es necesario adoptar, en primer lugar, un programa de lucha, que comience por plantear: Abajo la llamada Segunda Reforma del Estado, que no es otra cosa que la aplicación en la administración pública de los planes del Banco Mundial. Abajo la flexibilidad laboral y las rebajas salariales en Prensa. Respeto irrestricto del convenio colectivo de trabajo. No a los despidos. Reparto de las horas de trabajo entre todos los compañeros sin afectar el salario. Reestatización de la publicidad de las empresas y organismos del Estado, a través de Télam.


Este principio de programa, que al calor de la lucha se podrá ir desarrollando, debe ir acompañado de un plan de movilización, en el que los trabajadores de Télam deberán realizar todo el esfuerzo posible para vincularse con el resto del gremio, sin dejar de exigir por eso que la Utpba convoque a una Asamblea general para aprobar este programa y una masiva concentración, en primera instancia, frente a Casa de Gobierno y el Ministerio de Economía.


El gobierno, corroído por graves crisis internas y golpeado por la movilización de los trabajadores (¡Cutral Co!), puede ser derrotado. Télam, en Prensa, se encuentra en una situación de privilegio para triunfar.


¡Adelante, compañeros!