Un sector de los trabajadores tercerizados de Terrabusi, pertenecientes a la empresa In Company, se ha lanzado a un plan de lucha consistente en quite de colaboración (no se hacen horas extras). Lo que los llevó a tomar esta decisión es la abismal diferencia de sueldo, por el mismo trabajo, con los compañeros que trabajan por la empresa (y con los contratados): los trabajadores de In Company tienen un básico de 700, prácticamente 50% menos que los trabajadores efectivos.

 

La medida, de alto acatamiento, produjo una revolución al interior de Terrabusi/Kraft (es la primera vez que los tercerizados se lanzan a una medida de esta profundidad). Han recogido una oleada de simpatía en toda la planta que llevó a la Comisión Interna ha brindar su apoyo, en principio verbal.

 

Ante la tenacidad de los compañeros, la burocracia prometió hacer el llamado a elección de delegados para los tres turnos. La elección de delegados, del conjunto de la planta (tercerizados, contratados, efectivos), debería ser una de las tareas del momento. La planta de Terrabusi debería tener no menos de 20 delegados (hoy alcanzan a algo más de la mitad).

 

La medida de lucha de los trabajadores de In Company puede cambiar el rumbo dentro de la planta. Terrabusi/Kraft es una de las patronales más negreras del país. Al no poder imponer los turnos de doce horas, ha recurrido a aumentar los ritmos de producción y a una tercerización desenfrenada, con la complicidad directa de la burocracia de Dáer. Ahora, el sector más postergado, el más explotado, se ha puesto de pie y señala el camino al conjunto de los trabajadores de la alimentación.

 

Se abre la perspectiva, ya concluidas las paritarias, de la negociación salarial y de condiciones de trabajo a nivel de empresa; debemos aprovecharla para -denunciando la entregada de Dáer y Cia- para pelear las mejoras salariales que impongan un mínimo igual a la canasta familiar. Los tercerizados nos señalan el camino.