Sindicales

30/5/1995|449

Tierra del Fuego: La lucha en Noblex sigue

Los votos que obtuvo Menem no han detenido la crisis que vive Tierra del Fuego ni, tampoco, han frenado las luchas de los trabajadores.


Los conflictos se suceden sin so­lución de continuidad. Tal es el caso de Noblex, una planta metalúrgica donde el Ministerio de Trabajo acaba de dictar la conciliación obligatoria después de varias semanas de huelga. El conflicto comenzó por la persecución desatada por la patronal contra el delegado Horacio Catena, a quien le inició juicio reclamando fraudulenta­mente su desafuero. En Noblex — como en La Prensa, en la Universi­dad de Neuquén o en Jujuy— el curso judicial se convierte, cada vez más, en arma de las patronales contra la organización sindical de base y los delegados luchadores. Mientras los delegados son sometidos a proceso, los asesinos del obrero Víctor Choque – asesinado por la policía en Ushuaia hace apenas un mes- siguen impunes y en libertad.


La patronal de Noblex perdió el juicio que había entablado y, posteriormente, también perdió la apelación… por eso le inicio dos nuevos juicios, tan fraudulentos como los anteriores, para impedir su regreso a la planta. Los compañeros de Noblex respondieron con la huelga al nuevo ataque, excusa que la patronal utilizo para cumplir lo que era su objetivo de fondo: despedir a todos los trabajadores.


La UOM de Ushuaia decreto entonces la huelga general por la reincorporación de todos, que fue levantada cuando el Ministerio de Trabajo dicto la conciliación obligatoria. Pero en Noblex, los trabajadores prosiguieron con las medidas de fuerza en repudio a la persecución antisindical. Una nueva conciliación obligato­ria, con todos los despedidos aden­tro, permite la vuelta al trabajo. La patronal, sin embargo, sigue sin per­mitiré! ingreso del delegado Catena a la planta e insiste con su procesa­miento judicial.


La firmeza de los trabajadores de Noblex les ha permitido obligar a la patronal a dar un paso atrás y aceptar la reincorporación de los despedidos. Sigue planteada la lucha por el cese de la persecución contra Caleña y el resto de los delegados y por una solu­ción de fondo a la crisis de la desocu­pación; la semana de 35 horas, el reparto de las horas de trabajo entre todos sin afectar el salario.