Sindicales

22/4/2020

Tigre: BedTime continúa con los ataques, los trabajadores responden

A principios de abril la Comisión Interna de la planta de BedTime de Tigre denunció que la patronal no había pagado los haberes de marzo que se adeudaban y que la gerencia intentaba realizar una reestructuración de la empresa, con reducciones salariales y despidos del 45% de la planta.


La empresa de colchones y sommiers, envalentonada con los ataques que están realizándolas patronales en todo el país sobre las condiciones de trabajo, se propone reducir al 50% el salario y que los trabajadores activos compensen las horas no trabajadas por los trabajadores que están licenciados por ser grupo de riesgo. Mantiene además la intención de proceder a los despidos, con una indemnización del 50% del salario de convenio, y condiciona el pago de los salarios adeudados a la aceptación de estas “propuestas”.


La empresa no actúa de forma aislada. Es la misma orientación que aplican Techint, Yacimientos Río Turbio, la minera Livent, Starbucks, Burger King, McDonald’s, Garbarino, Dexter, Metalsa, Ford, Volswagen, entre otras tantas. Ello, con la complicidad del gobierno y de la CGT.


BedTime forma parte del grupo internacional Sealy Inc., líder mundial en la fabricación de estos productos y que opera en más de 30 países de los 5 continentes. Los datos publicados por los medios de comunicación arrojan que las empresas que se dedican a la producción de colchones y sommiers en la Argentina facturaron en 2018 alrededor de 11.800 millones de pesos. Además, se benefician de programas estatales como el Ahora 12, por el cual ya en 2015 realizaron transacciones por un valor de 150 millones de pesos.


Es decir que la patronal cuenta con un colchón (valga la redundancia) suficiente para afrontar una crisis económica, ya que obtiene grandes ganancias a nivel nacional e internacional. Es por esto que se vuelve de primer orden el reclamo por la apertura de los libros de la firma al control de los trabajadores, para constatar cuál es la verdadera situación económica de la empresa.


La ofensiva en el gremio plástico es general, y se ha intensificado en las últimas semanas. En Mascardi, ubicada en la localidad de Spegazzini, Roberto Reidy -amigo cercano del intendente de Ezeiza Alejandro Granados- fue denunciado por atropellar los derechos de los trabajadores. En IMAP, ubicada en el parque industrial de Garín, que diseña y fabrica artículos plásticos por inyección y soplado para los laboratorios farmacéuticos Bayer, Bagó y Unilever, los trabajadores realizan horas extras sin tener el transporte garantizado. En la plantas Tubos Tigre y Kromberg, del parque industrial de Pilar, se recortó el sueldo y los adicionales a los trabajadores.


La dirección de la Unión Obreros y Empleados Plásticos (Uoyep) deja pasar estos ataques, sin llamar a ningún tipo de medida de lucha, ni a asambleas en las fábricas, cuando están el riesgo los puestos de trabajo, los ingresos de las familias y la propia salud de los trabajadores.


Las plantas que están en marcha en función de las necesidades de los empresarios, fabricando productos que no son esenciales en el cuadro de pandemia. Es por esto que se vuelve esencial el control obrero para poner la producción al servicio de las necesidades de la población en medio de la crisis sanitaria. Junto con ello, es fundamental la formación de comités obreros de seguridad e higiene que tomen los recaudos sanitarios necesarios para resguardar la salud de los trabajadores.


Para que la crisis no la paguemos los trabajadores debemos derrotar esta ofensiva patronal con la organización en los lugares de trabajo, a través de asambleas. Es lo que están haciendo los trabajadores de BedTime organizados por su Comisión Interna, peleando por garantizar el pago íntegro de los salarios y la defensa de los puestos de trabajo.