La patronal de Metalsa, fábrica de la localidad de Pacheco en el distrito de Tigre, informó a los trabajadores que pondrá en marcha un plan de suspensiones y rebajas salariales. El ataque patronal esta argumentado por la crisis económica que ha causado el coronavirus a nivel mundial por lo que la empresa se vería obligada a tomar estas medidas para “mitigar el impacto de la crisis en Metalsa”. Dicho de forma más sencilla, la empresa propone que la crisis la paguen los trabajadores con sus salarios y puestos de trabajo.

Metalsa es parte del grupo Proeza, una empresa multinacional de capitales mexicanos dueña de las firmas Citrofrut (agroindustrial), Astrum (tecnología satelital y de alta comunicación) y Areya (negocios inmobiliarios). Cuenta con el monopolio de los chasis, que produce para las camionetas de Ford, Volkswagen y Toyota. Esta firma obtiene ganancias exorbitantes a nivel mundial, por esto es fundamental que haga públicos sus libros contables, para que los trabajadores controlen cuál es la verdadera situación económica de la fábrica.

El descuento de salarios que propone la patronal, y que cuenta con el apoyo de los delegados de Unión Obrera Metalúrgica (UOM) de la planta, significa que los trabajadores cobren un 70% del total de lo que corresponde por convenio. La patronal de Metalsa intenta llevar adelante la orientación que discutió la Unión Industrial (UIA) con el gobierno nacional y que están aplicando Techint, Río Turbio, la minera Livent, Starbucks, Burger King, McDonald’s, Garbarino, Dexter, Aluar, entre otras, que despiden, suspenden y ajustan los salarios con la complicidad de la burocracia sindical de la CGT.

Este ataque patronal se enmarca en el anuncio que realizó el secretario general de la UOM, Antonio Caló, que informó un acuerdo de la dirección del sindicato y las cámaras patronales de la industria metalúrgica, consistente en las suspensiones de trabajadores con salarios recortados en un 30%, que alcanzaría a 200 mil metalúrgicos. El anuncio de Caló generó un fuerte rechazo entre los metalúrgicos, lo que hizo que el acuerdo vaya para atrás. La supuesta negativa al acuerdo por parte de un sector de la directiva nacional de la UOM fue en realidad un reflejo de supervivencia ante la evidencia de una posible rebelión en la base y en sus propias agrupaciones.

La UOM anunció que la próxima liquidación a realizarse en estos días debe ser del 100% del salario y si las empresas no cumplen se realizarán las denuncias correspondientes. La dirección de la UOM intenta desactivar un cuadro de estallido en la base del gremio, llevando a que los trabajadores de cada fábrica tengan que arreglárselas por su cuenta. Es lo que sucede en Metalsa donde el ajuste del salario y las suspensiones se están realizando con el aval de los delegados de la fábrica.

La defensa de los puestos de trabajo con salario garantizado y actualizado por inflación es fundamental para que la crisis no la paguemos los trabajadores. A este ataque de todas las patronales contra el sustento de nuestras familias debemos anteponer un plan de lucha progresivo.

En este cuadro de cuarentena, se debe convocar a asambleas en todos los sectores y fábricas metalúrgicas, plenarios de delegados que deliberen y decidan cómo defender el salario, los convenios y los puestos de trabajo, tomando todos los recaudos sanitarios para evitar la propagación de contagios. Caló y toda la cúpula de la UOM no tienen ningún mandato para negociar con las empresas que aprovechan la crisis sanitaria para avanzar sobre las condiciones de vida de los trabajadores.