Sindicales

1/10/1999|644

Todavía sin resultados

A una semana de las elecciones, la junta electoral oculta sus resultados, en un acto bochornoso, reñido totalmente con la democracia sindical. Córdoba, presidente de la Junta Electoral, dice que “aún no está en condiciones” de dar resultados oficiales, tampoco se ha suministrado información a los medios. El ‘recuento’ de votos es el más largo de la historia del sindicalismo argentino. Es un hecho grave de una dirección que dice ser ‘modelo’ de democracia sindical y que se presenta en la OIT como ‘alternativa’ a los demás sectores de la burocracia sindical argentina.


¿Qué oculta la dirección de ATE? Oculta simplemente que tiene una importante crisis política. El frente de todos los activistas del gremio, que es la primera lista de oposición nacional que se le presenta a De Gennaro, no ganó ni mucho menos, pero desnudó y, hasta cierto punto, radiografió a la dirección actual de ATE.


De conjunto, la elección se hizo con padrones súper inflados, uno de los síntomas más claros e históricos de manejo fraudulento de una elección. El cuadro de desafiliación a ATE que se produce, en líneas generales, en muchísimos establecimientos, quedó comprobado en los lugares donde se presentó la oposición; allí se pudo comprobar, fehacientemente, un voto de alrededor del 40% del padrón real.


¿Cuál fue la radiografía del voto donde se presentó la oposición? Primero, en Santa Cruz, perdió la elección provincial por 19 votos; en la seccional del Turbio, ganó la Lista Negra de oposición. En esta provincia, la Verde intentó meter al padrón 200 afiliados, que sólo fueron bajados por presentaciones jurídicas y una campaña contra el fraude que impulsó el Frente. De Gennaro se salvó allí de perder la Cta, contando con la ‘excepcional’ ayudita del PC (ver nota abajo).


En los lugares más importantes de concentración de activistas, la Verde perdió o la oposición realizó una gran elección. En el Astillero Río Santiago la oposición sacó más del 30% de los votos; la Verde perdió en el Hospital Eva Perón de Lanús, en Villa Regina, en el Anses de La Plata. La Lista Granate de Sarmiento sacó más del 40% de los votos; en seccionales como Lanús y Avellaneda, la oposición llegó en ambos casos al 30%; lo mismo ocurrió en varios hospitales, como el Cuyen de Santa Fe. En el Castex, de San Martín, la oposición obtuvo 44% de los votos.


La elección a favor de la izquierda combativa en el gremio es importante pues indica un piso de votos, siendo la primera presentación electoral. Hay que mantener y consolidar este reagrupamiento, pues abre enormes perspectivas de cambios en el gremio.


Más crisis para la Verde


En las elecciones provinciales se ha expresado también una gran crisis en la Verde, pues caudillos provinciales, sin hacerle oposición nacional a De Gennaro, le han disputado las seccionales. En La Pampa, la Verde ganó por 90 votos la elección provincial; situaciones similares se han dado en Corrientes, Entre Ríos y Mendoza (aquí la Verde quedo reducida a una minoría que perdió a manos del ex oficialismo Verde, sostenido abiertamente por el aparato estatal). En la Provincia de Buenos Aires, en Avellaneda, hubo un 30% de votos en blanco en el orden nacional; lo mismo sucedió en Lanús, expresión de la quiebra de las relaciones de un sector de afiliados con la Verde, pero aún retenidos por estos dirigentes locales o provinciales.


El recuento ‘final’ de los votos va a omitir estos importantes datos políticos. La junta electoral está haciendo ‘votar’ en estos días al 90% del padrón donde no hubo fiscalización y abultará así enormemente su votación haciendo aparecer al Frente opositor con unos pocos miles de votos. Pero las elecciones dejan al desnudo una descomunal crisis política, fruto de la falta absoluta de respuestas a la pérdida de conquistas del gremio, y anticipa una gran crisis en la dirección de los sindicatos provinciales y seccionales de ATE, en una gran parte del país. Para la izquierda, la constitución del frente ha sido un gran acierto, pues sienta las bases para golpear juntos contra una dirección que de ninguna manera está a la altura de las necesidades de los trabajadores.