Sindicales

22/3/2012|1215

Despidos en la 60: Todos con la lucha de los choferes

Luego de varios meses de espera, la situación de los trabajadores de la Línea 60 sigue sin resolverse. La empresa todavía no cumplió con lo firmado con el Ministerio de Trabajo -el año pasado-; o sea, ¡siguen pendientes pagos de 2011! y ha despedido a cuatro choferes.

A esto se suma que la patronal ha sacado coches de circulación con lo cual hay menor frecuencia (la espera en algunos recorridos es hasta de 50 minutos entre coche y coche). Con un grave perjuicio para los usuarios, pero también una preocupación de los trabajadores que ven otra vez peligrar su fuente de trabajo.

La patronal, una de las que más plata ha embolsado (es la línea más importante en la zona norte), se lleva 23.000 pesos por unidad mensual en concepto de subsidios del gobierno. Sólo la avaricia patronal explica la falta de cumplimiento con el compromiso asumido frente a los trabajadores.

Las patronales del transporte pretenden hacerles pagar a los trabajadores la quiebra de la política de subsidios del Estado, lo demuestra la negativa de abonar los 700 pesos homologados por el propio Ministerio de Trabajo para los choferes de larga distancia, en un abierto chantaje para seguir recibiendo los millonarios subsidios durante estos años, no realizando inversiones y haciendo peligrar la vida de trabajadores y usuarios, como lo demuestran las masacres de Flores y de Once por parte del grupo Cirigliano.

Este ataque a los trabajadores de la 60 es parte del chantaje patronal. Hay que pararles la mano. Apoyamos todas las acciones de lucha de los trabajadores de la 60 que han iniciado un “no corte de boletos”, al estilo de la levantada de molinetes del subte.

Apertura de los libros de los grupos económicos que controlan el transporte para que los trabajadores puedan establecer en qué gastan los subsidios. Por todas las reivindicaciones pendientes, exigiendo inversiones y el cumplimiento de todas las normas de seguridad y el respeto de los delegados elegidos por sus bases saboteados por la burocracia sindical.