El domingo 4 de julio, en Cutral Có, se someterá a referéndum el proyecto que elaboraron los obreros ceramistas para la expropiación y estatización de la fábrica Stefani.

La patronal se borró de la fábrica hace siete meses, adeudando a los trabajadores varias quincenas, el aguinaldo y muchos meses de aportes. Todas las negociaciones posteriores fracasaron, a pesar de los generosos subsidios que el gobierno ofrecía a los patrones a cambio de su regreso a la planta. Los obreros se encuentran ocupando la fábrica y tratan de hacerla funcionar en medio de un sistemático acoso policial y judicial.

Cuando los trabajadores plantearon a los concejales expropiar y municipalizar la fábrica, éstos se pronunciaron en contra. Luego, los trabajadores de Stefani apelaron al mecanismo de “iniciativa popular” contemplado en la carta orgánica municipal y lograron más de 3.500 firmas certificadas en apoyo a su planteo, al que dieron forma de proyecto de ordenanza. Los ceramistas superaron largamente el piso de firmas requerido, a pesar de las trabas burocráticas y políticas interpuestas por el municipio y del aislamiento de la CGT y la CTA.

“Democracia participativa”, las pelotas

Cuando los concejales trataron formalmente en sesión ordinaria el proyecto de los obreros, siete de los nueve miembros del cuerpo votaron en contra (el FPV, el MPN y la UCR). A la sesión siguiente, fijaron por unanimidad la fecha del 4 de julio para la realización del referéndum.

Para que el proyecto obrero sea aprobado, no alcanzará sin embargo con el voto afirmativo de la mitad más uno de los que concurran a las urnas. La “iniciativa popular” establece un piso de participación de al menos la mitad del padrón electoral, unos 13 mil electores, para que el referendo (no obligatorio) sea considerado válido. Como referencia, podemos señalar que el actual intendente logró su cargo con apenas 4.500 votos. Ahora, el kirchnerista Rioseco volcará los recursos políticos y económicos del municipio para sabotear la causa de los obreros. Esta es la “democracia participativa” que los charlatanes del UNE-CTA presentan como el remedio contra las “injusticias del sistema”. En el caso de un resultado positivo en el referendo, el proyecto pasa a la Legislatura provincial. A los obreros de Zanón les llevó casi una década arrancarles a los diputados provinciales una “ley de expropiación” limitadísima, que desde hace diez meses duerme en algún cajón de la Casa de Gobierno.

Todos por el sí a los obreros de Stefani

La tarea que se plantea es conquistar un masivo pronunciamiento popular en el referendo. La CGT y la CTA deberían ser las primeras en pronunciarse, convocando a un paro provincial y a medidas concretas en apoyo a los ceramistas. Los burócratas de ambas centrales no produjeron en siete meses de lucha una sola acción de solidaridad con los obreros de Stefani.

El SOECN debe impulsar una gran campaña dirigida a todos los sindicatos y a las dos centrales obreras exigiendo el paro provincial por el triunfo de Stefani. En la última reunión de la conducción, el SOECN resolvió “exigir a las organizaciones obreras una campaña activa, especialmente a la CTA”. Es un planteo difuso. En siete meses de lucha, los dirigentes ceramistas tuvieron al menos media docena de oportunidades para dirigirse desde el palco de la CTA a millares de docentes y estatales y poner las cosas en su lugar, pero no lo hicieron.

La cuestión de fondo que está inscripta detrás del referendo es, en definitiva, cómo debe actuar el Estado frente a la crisis capitalista: si rescata al capital a costa de los trabajadores o a los trabajadores a costa del capital.

El Partido Obrero, como hizo con la campaña de firmas, se movilizará para superar los 13.000 votantes y lograr el triunfo del “Sí” el próximo 4 de julio y para exigirles a las centrales sindicales el paro provincial en apoyo a Stefani.