Sindicales

4/4/2002|748

Todos y con todo, por el triunfo de la ocupación de Brukman

La “propuesta” que acaba de realizar la patronal -que ha reaparecido luego de más de tres meses de abandono de la planta- es una provocación. No se puede denominar de otra forma la “oferta” que lanzaron los Brukman en la reciente audiencia con la presencia del Ministerio de Trabajo, el síndico y el administrador judicial, representantes del sindicato (Soiva) y miembros de la Comisión Interna de la fábrica.


Respecto de los salarios caídos en los últimos tres meses y la deuda salarial que mantiene la empresa, los dueños se limitaron a decir que se irán pagando con los fondos que provengan de la venta del stock con que cuenta la planta. Plantean reabrir la fábrica, con la totalidad de los trabajadores, pero abonando sólo la parte “blanca” de los sueldos, es decir, desconociendo las sumas “negras” que representaban un porcentaje fundamental de los salarios. Esto significa sueldos de 80 pesos por quincena, es decir, menos aun que un Plan Trabajar. Encima, la patronal ni siquiera asegura esos sueldos pues plantea que se irán cobrando siempre y cuando se efectivicen las ventas.


Todo esto, sin embargo, no asegura ni siquiera la continuidad laboral de los trabajadores. La patronal no se comprometió a garantizar la estabilidad de los 115 obreros con que la fábrica contaba al momento de desatarse el conflicto. Más aun, el abogado de los dueños adelanto que la continuidad de la empresa es incompatible con la cantidad de empleados actuales y que una reorganización plantea dejar en la calle a una parte del personal.


Más que una “propuesta”, de lo que hay que hablar es de un ultimátum, pues la patronal procuró forzar a los delegados a firmar el acuerdo en ese momento. El ultimátum iba acompañado de la amenaza de que, caso contrario, la empresa iba a relanzar una causa penal e iba a proceder al desalojo de la planta. La escalada patronal coincidió con un incremento de la presencia policial. En las horas posteriores a la audiencia que indicamos, móviles de la policía se estacionaron intimidatoriamente en las inmediaciones y pasaron reiteradamente por el frente de la fábrica.


Un capítulo especial lo constituye la conducta del Ministerio de Trabajo y del Poder Judicial que no se inmutaron ante una propuesta que constituye un fraude laboral alevoso, admitiendo las prácticas de pago en negro y, por lo tanto, la evasión previsional y el consiguiente perjuicio de los fondos públicos. Ni hablar del sindicato, que ha mantenido una actitud cómplice con los dueños y que se ha limitado a fogonear la quiebra.


La delegación obrera rechazó el ultimátum. Una posterior asamblea de fábrica ratificó el rechazo a este ultimátum y ratificó la continuidad de la ocupación, reiterando sus demandas: pago de la deuda salarial y de los salarios caídos en los últimos tres meses; estabilidad para todo el personal, asegurándose la totalidad de los puestos de trabajo; reapertura de la fábrica respetándose el salario total que los trabajadores venían cobrando y el reconocimiento de veedores obreros para controlar la producción y administración de la planta.


Frente a la escalada patronal, los obreros de Brukman han redoblado la apuesta y con respaldo de las asambleas barriales, organizaciones piqueteras y populares y partidos políticos han convocado a concentrarse en la puerta a vecinos, trabajadores y estudiantes, a partir del martes posterior a semana santa, y marchar desde allí al Ministerio de Trabajo, donde está prevista una nueva audiencia. El propósito de esta concentración que arranca el martes 2 es constituir un “escudo humano” que sirva para frenar cualquier tentativa de retomar la planta por medios represivos.


Como parte de esa movilización se inscribe el lanzamiento público del proyecto de municipalización de la fábrica bajo control obrero presentado en la Legislatura porteña por Jorge Altamira y otros diputados de izquierda. La conferencia de prensa que se realizará por ese motivo será una oportunidad para organizar una gran movilización, comprometiendo la presencia de delegaciones representativas de las organizaciones piqueteras, estudiantiles, de las asambleas populares y del movimiento obrero.