Sindicales

23/4/2017

Trabajadores de La Opinión de Rafaela, en estado de alerta y movilización

Reclaman por sueldos atrasados. Prensa Obrera dialogó con uno de los periodistas
 


El pasado jueves, los trabajadores del diario La Opinión, de Rafaela, se reunieron en asamblea y se declararon en estado de alerta y movilización por el atraso en el cobro de los salarios.


 


Prensa Obrera entrevistó a Adrián Gerbaudo, periodista que trabaja en la redacción del diario.


 


¿Cómo es la situación que están viviendo los empleados?


 


Lo que estamos pasando hoy es en realidad una situación que viene desarrollándose hace algunos años. A partir del año 2011 se empezaron a atrasar con los pagos de los salarios, y en el 2014 el pago se empezó a fraccionar hasta en 3 cuotas.


 


La empresa no nos dice nunca las fechas de cobro ni los montos, haciendo imposible que organicemos nuestra vida, hay muchos compañeros que tienen que pagar el alquiler y no saben cómo hacer para seguir sobrellevando la situación.


 


Además, a partir de este año todo se agravó, porque se han retrasado los pagos aún más, llegando al punto en que nos encontramos hoy, que sólo hemos cobrado el 70% del sueldo de marzo. Otro cosa que nos preocupa mucho es que también se han atrasado bastante con los aportes para la obra social y cargas sociales.


 


Nosotros siempre tuvimos la mejor predisposición, pero esto no da para más, es por eso que nos convocamos en asamblea y nos declaramos en estado de alerta y movilización. El jueves que viene tenemos una audiencia en el Ministerio de Trabajo de la provincia, y de no tener una solución, tomaremos medidas fuerza, porque somos cuarenta familias que nos vemos perjudicadas, siendo que siempre cumplimos con nuestro trabajo.


 


Desde el Partido Obrero expresamos nuestra solidaridad con los trabajadores y exigimos que se normalice el pago de los salarios.


 


Al mismo tiempo, planteamos la necesidad de desarrollar la organización de los trabajadores por sus reivindicaciones, de manera independiente del Estado y los patrones, con un programa propio frente a la crisis.


 


Ningún despido. Por paritarias sin techo. Apertura de los libros contables de toda empresa que suspenda o despida. Salario igual a la canasta familiar.