Sindicales

12/8/2020

Trabajadores municipales en Hurlingham: Covid-19, precarización y despidos

Los trabajadores municipales de Hurlingham son presa de una fuerte precarización laboral.

El intendente Zabaleta no respeta la cláusula gatillo a los trabajadores municipales, desde antes de la pandemia.

El municipio de Hurlingham, el cual encabeza el intendente Juan Zabaleta (Frente de Todos) afronta la pandemia entre recortes y precarización. La situación del personal municipal es alarmante: falta de insumos, contratos hiper flexibles a quienes están en la “primera línea”, congelamiento de paritarias, ausencia de hisopados, entre otras cuestiones.

El “municipio modelo”… ¿De qué?

Desde el inicio de la pandemia, el municipio de Hurlingham quiso ser presentado como un modelo respecto al manejo de la misma. El intendente Zabaleta se mostró en diversos medios de comunicación anunciando medidas de ampliación de la capacidad en salud y de acompañamiento a los trabajadores, que en los hechos podemos decir que fueron fallidas.

La política sanitaria, que ha sido muy pobre, empeora aún más cuando vemos la situación de los trabajadores municipales. Se han registrado grandes falencias en cuanto al cuidado del personal, el abastecimiento de materiales sanitarios y de prevención, como también en los protocolos a aplicar ante el personal de riesgo y ante aquellos que tuvieron contactos estrechos con contagiados.

Estos últimos no fueron hisopados. Es decir que quienes compartieron su espacio de trabajo con casos positivos confirmados, debieron seguir concurriendo a trabajar varios días hasta que se les permitió el aislamiento en sus casas (sin antes realizarles el test correspondiente, convirtiendo a sus hogares en potenciales focos de contagio). La baja calidad de los materiales de cuidado así como el escaso abastecimiento de un insumos básicos como el alcohol en gel y lavandina para mantener la limpieza, agudizan aún más el problema. Como si esto fuera poco, ante la ausencia de personal de limpieza, son los mismos empleados de las dependencias quienes tienen que encargarse de la higiene de sus lugares de trabajo.

Nada nuevo bajo el sol…

Los trabajadores municipales de Hurlingham son presa de una fuerte precarización laboral. Con mayoría de contratos de 6 meses de duración, aquellos considerados de riesgo no recibirán una renovación de su contrato. En otras palabras, se los despide por ser población de riesgo, dado que no podrían acudir a su trabajo.

Los salarios son de miseria y no sólo por la renovación semestral. Los montos continúan por debajo de los $15.000 (un tercio de la canasta básica) y la inmensa mayoría de los trabajadores no está en planta permanente.

Para colmo, el propio municipio jamás respetó la cláusula gatillo (incluso años antes de la pandemia, lo que derriba el argumento del “momento difícil”). La situación no es novedosa, sino que ha sido denunciada desde hace años por los propios trabajadores.

A su vez, las autoridades del municipio ya han anticipado la negativa respecto al aumento de salarios, descartando la discusión paritaria. El combo es completo: aumentos por debajo de la inflación, bonos de provincia que nunca se pagaron, horas extras adeudadas (que ya han realizado), entre otras cuestiones. La acción del municipio no puede ser calificada más que como una estafa.

Toda esta situación se tradujo en numerosos aprietes cuando se acercaban las fechas de renovación de contratos. Particularmente en época electoral, varios empleados recibieron la “sugerencia” de concurrir a actos afines al partido de la dirección del municipio. Lo aquí expuesto no hace más que demostrar los manejos punteriles con los cuales actúan las autoridades, y su complicidad con la precariedad laboral.

Luchemos por una salida de los trabajadores

Desde el Partido Obrero en Hurlingham rechazamos contundentemente los manejos vergonzosos por parte del municipio.

Exigimos que se les garantice a todos los empleados los insumos suficientes y de la calidad necesaria para realizar su trabajo en las condiciones correctas.

Realización inmediata de hisopado a quienes hayan estado en contacto con personas infectadas.

Anulación inmediata de los despidos, junto al pase de todos los empleados a planta permanente.

Reapertura de paritarias, e inmediato aumento de sueldos.

Aplicación efectiva de la cláusula gatillo.