Sindicales

4/7/1995|454

Transporte Oeste: Aplastan a la burocracia

Hace pocos días concluyó, con una victoria, una importante lucha librada por los trabajadores de Transportes del Oeste —una de las tres mayores líneas de colectivos del oeste bonaerense.


Desde hace diez meses, cuando una lista antiburocrática desalojó a los delegados de la burocracia, ésta y la patronal se empeñaron en quebrar al nuevo Cuerpo de Delegados. El ataque se acentuó cuando otras líneas de la zona fueron, también, barriendo a sus propios delegados burocráticos. Con falsas acusaciones, muchos de los nuevos delegados de estas líneas fueron sometidos a “juicios de ética” que condujeron a su “desafuero” … pero con los compañeros del TDO no pudieron.


A los tres meses de iniciado el mandato de los nuevos delegados, elementos de la burocracia hicieron circular un petitorio —supuestamente, por aumento salarial— pero que en realidad pedía la cabeza del nuevo Cuerpo de delegados por “graves inconductas”: malversación de fondos y cobro de haberes indebidos. Cuando el cuerpo de delegados, con abundancia de pruebas, demostró ante un “tribunal de ética” de la UTA la completa falsedad de las acusaciones, la burocracia “congeló” la acusación a la espera de una mejor oportunidad para volver a la carga.


Después de esto, la patronal se jugó a fondo por quebrar el Cuerpo de Delegados: aunque lograron “comprar” a uno y que otro se fuera de la empresa, de conjunto el Cuerpo de Delegados se templó en torno a una posición clasista. Editó cuatro números de su propio boletín gremial, denunciando que los mismos elementos de la burocracia que la habían denunciado ante el “tribunal de ética” habían salido como testigos de la patronal cuando, en enero pasado, más de 500 compañeros hicieron “abstención de tareas” porque la patronal no pagaba los haberes y el aguinaldo. En marzo, el Cuerpo de Delegados arrancó un aumento —bajo la forma de “incentivo”— que reforzó todavía más su autoridad entre los trabajadores.


Cuando, coincidentemente, la patronal comenzó a pagar el incentivo con atraso —creciente— y el principal animador del Cuerpo de Delegados sufrió una enfermedad que obligó a su internación, la burocracia de la UTA creyó que había llegado “su momento”: convocó a una asamblea general para acabar con el Cuerpo de Delegados. Este no se amilanó: decidió tomar en sus manos la asamblea y convocar masivamente a los trabajadores.


La respuesta fue impresionante: los “pichones” de la patronal y la burocracia fueron literalmente aplastados por la masa de trabajadores, que denunció que todas las “acusaciones” contra los delegados habían sido amañadas por la propia patronal. Tan sólido fue el respaldo al Cuerpo de Delegados, que la propia burocracia de la Uta se tuvo que desmarcar, dando por terminada la actuación del “tribunal de ética” y refrendando todo lo actuado por los delegados. En resumen, una gran victoria.