El 16 de junio finalizó la conciliación obligatoria entre Atepsa (sindicato que nuclea a los controladores aéreos, trabajadores de oficinas de plan de vuelos y técnicos) y la Empresa Argentina de Navegación Aérea (Eana), prestadora de los servicios.

Las negociaciones duraron 14 meses, hubo dos conciliaciones obligatorias por el mismo conflicto y aun así la patronal sigue insistiendo en que los trabajadores no son comprensivos ante la situación pandémica. Mientras tanto, la paritaria 2020 continúa abierta, pero sin ningún ofrecimiento puntual al salario.

Para el 2021 el Estado nacional ofrece el 35% en 6 cuotas. Es necesario tener en cuenta que los trabajadores de la Eana perdieron el 20% del sueldo durante el 2020 debido a la reducción de turnos y esto repercutió directamente en el ítem refrigerio; fue la empresa la que no tuvo ningún escrúpulo en reducir salarios en plena pandemia. Recordemos que este sector tiene paritarias libres y sectoriales que no son respetadas por la Eana, ya que quiere imponer la misma pauta estatal para la paritaria 2020 y 2021, siendo esto rechazado y principal motor del conflicto.

En este marco, se preparan medidas de fuerza que consistirán en paros intermitentes a la mañana y a la tarde, donde no se permitirán despegues de los aviones privados. También se verán afectados los despegues de la aviación carguera, quienes fueron principales ganadoras en esta pandemia, ya que esta industria creció de manera exponencial desde abril 2020. Dichas medidas están propuestas hasta mediados de julio 2 o 3 veces por semana y se irán incrementando en tanto la empresa siga sin mejorar la propuesta salarial.

Estos trabajadores de un servicio público esencial (los aeropuertos están operando las 24hs del día, son un fundamental eslabón en el repatriado de argentinos y en la llegada y distribución de las vacunas) no solo no tuvieron ningún protocolo Covid en sus lugares de trabajo, sino que recibieron máscaras protectoras 16 meses después de empezada la pandemia, siendo esto a su vez un negocio millonario de 10 millones de pesos según la información que se desprende de las licitaciones. Incluso las vacunas solo las vieron aterrizar, sin ser tenidos en cuenta en un plan estratégico de vacunación; tal es así que un compañero del Aeropuerto de Palomar falleció de Covid en el transcurso del corriente año y la empresa solo ofreció condolencias.

La Eana busca cualquier herramienta para demorar y frenar el derecho constitucional de huelga de los trabajadores, por eso es que financia con la plata de los trabajadores asociaciones que tienen como único fin garantizar el empobrecimiento del sector. El Estado nacional aprieta y amenaza, diciendo que las medidas ponen en riesgo la distribución de vacunas, pero esto es completamente falso, ya que el plan estratégico de vacunación está garantizado en su totalidad, mostrando así total desconocimiento y falta de interés en cuestiones inherentes a la industria.

Apoyemos los reclamos de los controladores aéreos.