Tras el vaciamiento, la reestatización del Puerto Quequén

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La noticia en todos los diarios es que el gobierno nacional quiere reestatizar Puerto Quequén, luego de que esta terminal portuaria se fuera desactivando durante los últimos dos años, hasta llegar esta semana a la parálisis por falta de dragado. En la interna kirchnerista, el puerto pasó de manos de Mariotto (vía Porcaro y De Gregorio) a Scioli (vía Caraffo), dejando en este pase una deuda confirmada de 19 millones de pesos por el dragado 2012, que podría llegar a 30 millones de confirmarse otros desfalcos.

En la cosecha 2011-2012, el puerto exportó su record histórico de 7 millones de toneladas de cereal, pero no alcanzó para pagar las deudas. El año pasado cayó a 5 millones y ya no hubo obras. Y en lo que va de esta cosecha no alcanza a 1,5 millones de toneladas.

A esta altura, lleva 15 días sin operar. Sin embargo, el “Giro 0” sigue su curso de construcción. El dinero producido por la explotación de esta terminal portuaria es enviado al erario público de la provincia y sirve para paliar su quiebra.

Las multinacionales que conforman el directorio del Consorcio junto a los proveedores y operadores portuarios, el Somu y el Sindicato de Estibadores (Uatre) ejercen todo tipo de apriete sobre los trabajadores, amenazas permanentes de cierre de plantas, de despidos, suspensiones y salarios a la baja.

Los silos subterráneos de Cargill ya cerraron, los compañeros aceiteros en una enérgica lucha lograron reinsertar a sus trabajadores y evitar los despidos. Los silos subterráneos de Oleaginosa Moreno siguen su derrotero.

La situación del partido de Necochea y en particular de Quequén es desesperante. Los portuarios agremiados en Supa Y Uatre están sin trabajo desde octubre de 2013 cuando finalizó la cosecha, sumergiendo a la población en una pobreza extrema, sin que al FPV, a la UCR ni a Venegas, se les mueva un pelo. Mientras Moyano coquetea con Massa, los camioneros de Quequén, Necochea y toda la zona, sobreviven con 7 mil pesos promedio, que incluye los viáticos y sin cobrar porcentajes por falta de viajes. Hace unos meses las organizaciones de pequeños transportistas (ATCADE, ATCOA, Ataca) cortaban rutas reclamando por las tarifas, pero hoy no dicen ni organizan nada ante este paro patronal que somete a los pequeños propietarios de camiones a la quiebra.

A este panorama se suma la “economía periférica” del puerto, como le gusta llamar al consorcio el pequeño comercio que está parado.

En una ciudad donde millones de dólares circulan a diario por las calles, 8.000 niños tienen su única comida en los comedores escolares, los hospitales Irurzún y Ferreyra están a cargo de sus cooperadoras, la infraestructura vial demolida, no hay planta depuradora de efluentes cloacales y tiene su municipalidad paralizada por la crisis que explotó con la destitución del intendente Tellechea, sin definición política ni judicial luego de casi dos años.

Exijamos que el gobernador explique y solucione a la situación de Puerto Quequén, que se abran los libros del Consorcio de Gestión de Puerto Quequén para saber dónde está la plata que recauda. La operatoria portuaria debe ser controlada por sus trabajadores: ¡ni una suspensión ni un despido!

Mónica Conesa