Sindicales

3/4/1997|533

Travesía o ‘travestía’… de la CTA

A fines de 1996 comenzó a circular una nueva publicación —“Travesía”— en el ámbito bancario. Cuenta con una cuidadosa presentación, una reproducción a color del artista plástico Carpani, en tapa de fina cartulina, y publicidad, a lo largo de sus páginas, de Ford Credit, y de los bancos del Suquía, Europeo para América Latina, Sudameris, de Córdoba, Financiera del Tuyú, de Tierra del Fuego, de Corrientes, Municipal de Rosario y Julio. Cierra con una contratapa multicolor del Nuevo de La Rioja S.A., con el slogan “primer banco privatizado del país”.


Lo interesante es que “Travesía” es una “publicación cultural de la Comisión Gremial Interna del Personal del Banco Central de la R.A.”, orientada por la Cta. Allí desarrollan su punto de vista sobre la “conflictividad social”, que consiste en reclamar al régimen menemista “dinamismo” y “eficiencia” en el asistencialismo.


Los ‘sponsors’ de esta publicación, entre los que destaca el Banco de Menem, nos relevan de mayores comentarios sobre la bancarrota política y sindical de los que se llenan la boca hablando del “sindicalismo empresario”. No sólo no plantean un “cuestionamiento al modelo”, sino que son financiados por los beneficiarios del “modelo”, una actitud incompatible con cualquier organización sindical. Con esta dirección es lógico que el personal del Bcra haya quedado al margen de los últimos paros nacionales.


No se trata de la oveja negra…


La Cta en bancarios tuvo su debut en 1993, en el marco de las elecciones nacionales del gremio. Con una inversión de cientos de miles de dólares trataron infructuosamente de derrotar al zanolismo, rompiendo previamente el frente de toda la oposición que, en su momento, había conformado la 90. Conquistaron algunas posiciones importantes como las gremiales de Banco Nación, del Provincia, del Credicoop, del Boston, del Issb. Al año siguiente, pese a su proverbial macartismo, se vieron forzados a aceptar un frente electoral con la izquierda, que por pocos votos y bastante fraude, no pudo alcanzar la victoria en la seccional Buenos Aires. La continuidad de este frente era un estorbo para la evolución política posterior de la Cta bancaria, motivo por el cual lo sabotearon y disolvieron ni bien pasaron las elecciones. Los congresales elegidos entonces se han destacado por la aprobación unánime de todos los despachos presentados por la burocracia en los Congresos del gremio.


Hoy su bancarrota es completa, así como su adaptación al zanolismo o a Duhalde. En el Nación integran la gremial burocrática y son los voceros acríticos de las posiciones del zanolismo en el Bna. En el Credicoop, antes de ser derrotados por una lista antiburocrática, se habían transformado en los pregoneros del plan de flexibilidad que planteaba su gerente general, el ‘comunista’ Heller. Y en el Provincia han llegado a profundísimos acuerdos con la gobernación, que incluyen una cerrada defensa de la política ‘nacional’ de la dirección del Banco, junto a la conformación de una Mutual que es financiada con millones de dólares por el propio banco. Antes, como lo denunciaron los propios jubilados del Provincia, sostuvieron a rajatablas una política de entrega de la Caja de Jubilaciones. En el caso del Boston, directamente negociaron su retiro con la patronal, y en el Issb su política es el seguidismo a Zanola, como si éste alguna vez hubiera tenido la intención de enfrentar la reestructuración menemista diseñada desde el Banco Mundial.


Para avanzar en la recuperación del gremio, y de tantas conquistas perdidas, la conducta de la Cta es un buen ejemplo de lo que no se debe hacer. Los activistas, las gremiales independientes, tienen que sacar las conclusiones de esa bancarrota, retomando la coordinación alcanzada con el Encuentro… que el año pasado fue un principio de reagrupamiento del activismo y las gremiales antiburocráticas, volcándose a impulsar la constitución, frente a todas la variantes patronales, del Frente de la Izquierda y el movimiento obrero combativo.