Sindicales

18/4/1995|444

Tres listas y una sola opción

Para los estatales neuquinos, la convocatoria a elecciones realizada a través del diario Clarín del 8 de marzo, estuvo de hecho cajoneada hasta el lunes 13 de marzo, en que se notificó a quienes oficiaron de delegación de la junta electoral local y recién un día después se pudo disponer de planillas de avales, candidaturas, etc.


Este ocultamiento del llamado no es un hecho menor desde que a partir de la convocatoria sólo hay 10 días hábiles hasta el cierre de plazos para presentar lista.


Es decir, el oficialismo que cuenta con la información de antemano y que aprovechó, por ejemplo, la entrega anual de guardapolvos para juntar avales, largó con una gran ventaja. En escasos días hubo que vencer este primer escollo y juntar los avales y las candidaturas.


La Naranja y Blanca realizó un esfuerzo militante y logró derrotar esta maniobra del degennarismo. El miércoles 22, al expirar los plazos, nuestra lista se presentó en regla: 46 candidaturas, más de 150 avales, etc.


Desde un primer momento, la Naranja y Blanca buscó también presentar una lista de unidad antiburocrática con los activistas que estuvieron al frente de la huelga del sector de salud y que están opuestos al oficialismo.


El espíritu unitario que prevalecía en muchos compañeros fue boicoteado desde la Junta interna del Hospital. Castro Rendón, cuyo secretario general fue parte de las dos conducciones anteriores de la seccional y de la que se apartó por cuestiones camarillescas. La propuesta de la Naranja y Blanca era unificar, en función de reconocer que en los hospitales hay muchos activistas antiburocráticos, más allá de las posiciones de la Junta Interna.


Finalmente, el boicot de la Junta Interna a la unidad antiburocrática se reflejó en que armaron una tercera lista (la Morada-Verde), pero el esfuerzo de nuestra lista no pasó desapercibido para muchos de estos activistas del área salud, los cuales se integraron a la Naranja y Blanca.


Nuestra lista está integrada por muchos delegados, miembros de juntas internas y reconocidos luchadores (algunos votados por sus compañeros de trabajo para integrarla). La Naranja y Blanca ha recogido muchos años de militancia gremial y de ser la única oposición al degennarismo.


Después que la actual conducción quebrara la huelga de salud, hubo un reflujo general de los estatales, incluso no saliendo a las últimas movilizaciones (algo inédito en el gremio, con una tradición movilizadora de años). Centenares de compañeros, incluso, se han desafiliado. Estas bajas la directiva las ha cubierto afiliando a empleados municipales del interior de la provincia e inflando el padrón.


La actual conducción sufre un gran descrédito en la base, lo cual evidentemente se va a reflejar en la votación. Por eso la unidad antiburocrática era un elemento clave.


La Morada-Verde, agrupación Germán Abdala, hasta en el nombre no puede esconder su filiación degennarista. Por eso en las próximas elecciones del 6 de junio, en ATE Neuquén se presentan dos listas degennaristas. Hay una única opción para recuperar el gremio de manos de la burocracia, y esa opción es la Naranja y Blanca.


La Naranja y Blanca ha votado en una reunión plenaria un vasto plan de campaña: ya ha salido una rifa para recaudar fondos y un boletín, y prepara una peña para el mes entrante. Además, está comtemplado recorrer el interior de la provincia para llegar a miles de compañeros.