Los trabajadores de Unilever Planta La Rioja vienen de elegir nuevos delegados el año pasado. La nueva Comisión Interna, apenas tomó contacto con el clasismo de Unilever-Planta Pilar, replicó uno por uno los reclamos y los métodos de lucha. La solidaridad obrera en este caso no se expresó con fotos de apoyo, sino en abrir un proceso de organización por los mismos reclamos.

 

Sumaron al reclamo de una suma puente hasta las paritarias alimenticias (vencidas en abril) el reclamo del “Sábado a la Tarde en Casa”, un reclamo extraordinariamente sentido en todo el gremio alimenticio, que es sometido al Convenio Mantecol (6 días de trabajo por uno de descanso) o al Régimen de Trabajo por Equipos que permite a las empresas obligar a los trabajadores a prestar tareas los fines de semana. Ni hablar de fábricas como Bimbo o Granix, en las que la semana comienza los días domingo y en las que ni siquiera se respeta los días de elecciones o festivos.

 

Ante el primer rechazo, las asambleas votaron masivamente iniciar un plan de lucha comenzando con un quite de colaboración y votando paros de 2 horas por turno en caso de que la empresa persistiera con la negativa.

 

Las asambleas de la planta riojana se hicieron al calor de la huelga con piquetes de los trabajadores de Unilever Pilar por los “Domingos a la Noche en Casa”, cosa que envalentonó notablemente a una asamblea que nunca había parado.

 

La empresa vio venir la rebelión inminente, y tiró la toalla antes de pelear: 3.500 pesos de suma puente y Sábado a la Tarde en Casa a partir de junio.

 

Un triunfazo que abre camino al clasismo en La Rioja y deja planteada la necesidad de un Comité de Empresa en todas las Unilever de país, para luchar todos unidos por nuestras reivindicaciones.

 

La lucha ofensiva de los trabajadores de La Rioja demuestra hasta qué punto está madura la necesidad de una lucha general contra el ajuste, los despidos y la precarización laboral.