Sindicales

22/8/1995|461

Triunfo en Córdoba

La Lista Rosa se impuso en las elecciones del 14/8 en Córdoba capital. La diferencia con la Celeste y la Azul y Blanca fue abrumadora: 109 votos contra 28 y 18, respectivamente. En el interior habría un virtual empate, ya que los primeros datos aportados por la junta electoral dan, sobre 15 departamentos escrutados, 405 a la Celeste, 383 a la Rosa y 289 a la Azul y Blanca.


El miércoles 16/8, La Voz del Interior daba como ganadora a la lista Rosa, faltando, sin embargo, escrutar un par de departamentos.


Estos números son el resultado de un trabajo del activismo en las asambleas, en las marchas y protestas, en las que la única lista que tuvo presencia fue la Rosa, a través de volantes, afiches, firmas de avales (llama la atención los pocos avales reconocidos por CTERA, ya que se presentaron alrededor de 500), presencia con bandera propia y pancartas. En las últimas asambleas, luego de la tregua que dio la burocracia para que asumiera Mestre, no se lograba el quórum necesario para las asambleas resolutivas, pero la presencia de la Rosa era mayoritaria, con la asistencia casi perfecta de los delegados y activistas. Los resultados son importantes, porque son la expresión de la reunión de la vanguardia y de los luchadores docentes de Córdoba, que confluyen detrás de un programa de reivindicaciones elementales a la hora de ejemplares luchas, que hasta en la hora misma de las elecciones debieron dar batalla, porque la burocracia celeste de Grahovac (que no participó) redujo la cantidad de mesas a 12 en 4 locales gremiales del centro y sacó las mesas que estaban en los barrios.


Boicot anunciado. Castigo merecido


También boicoteó la celeste marysanchista, porque no hubo ninguna convocatoria a las escuelas donde se votaría hasta el sábado 12. La lista Blanca provincial, dirigida por la marisanchista Soledad García, que tiene presencia de delegados en Minoridad, especialmente el Crom (Centro de rehabilitación del menor), donde se dieron la mayor parte de despidos y luchas contra los mismos, no realizó campaña alguna. El castigo al centroizquierda, que no representó ninguna alternativa en las asambleas, llamando sin embargo en forma reiterada a la iglesia a pronunciarse por el problema docente de Córdoba (que se vio satisfecho cuando Primatesta va con Angeloz y la burocracia a hablar con Menem), se tradujo en 28 votos en capital y en un fracaso en el interior, donde los resultados fueron (según La Voz) 467 -Lista Rosa-, no hay datos de la Celeste, y 380 de Garcetti-96 en blanco.


Pero es también importante reconocer que estas elecciones se dan en un momento de impasse en la lucha docente, sufrido tras la traición de la burocracia y que permitió el avance de la Ley de emergencia en todas sus consecuencias (clases los sábados, disminución del 20% en la antigüedad, fusión de grados, pérdidas de fuentes de trabajo, desaparición del estatuto docente, de suplentes e interinos, etc.), y la total ausencia de CTERA frente a los conflictos llevados adelante por las provincias. Esto se tradujo en un completo ausentismo de las bases a la votación. En un padrón de cerca de 24 mil afiliados, sólo votaron unos 1.1000, escasamente un 6% del total, es decir solo votó el activismo. En las elecciones pasadas, la lista Rosa había obtenido aproximadamente 250 votos en Córdoba capital, y aproximadamente 350 votos en el interior y el marisanchismo obtenía una importante diferencia sobre  la Azul y Blanca.


La burocracia local de Grahovac no participó en las elecciones y se encuentra enfrentada al marisanchismo de larga data (tampoco participó en las elecciones anteriores), por lo que aclaró en asambleas que no tomaba posición por ninguna lista. En las elecciones provinciales últimas hubo una asistencia de un 25%, aproximadamente, contra un 6% actual, lo que muestra que la burocracia local posee todavía las riendas del gremio, a pesar del repudio permanente por las políticas de atenazamiento y traición de las luchas.


Una salida


Es preciso que impulsemos nuevas acciones desde la lista Rosa, para las nuevas luchas que se avecinan (teniendo en cuenta el profundo estado de conflicto por la quiebra de la provincia, que puede hacer naufragar la Ley de emergencia). Tomemos resoluciones en nuestras manos para ser vistos por las bases como capaces de llevarlas a una lucha fructífera y convertirnos en una nueva dirección independiente. Los resultados de estas elecciones prueban que es posible y sobre todo, indispensable para nuestra supervivencia.