Sindicales

1/4/2004|844

Triunfo estratégico en TDO

Cuando los trabajadores de TDO estaban en plenos preparativos para marchar a la Casa Rosada, ”apareció” un principio de solución de parte del gobierno nacional. La Secretaría de Transporte se comprometió a adelantar los subsidios que normalmente se otorgan a la empresa y de esa forma normalizar los pagos de los salarios atrasados, tanto en lo que respecta a las remuneraciones como a los aguinaldos adeudados. La decisión fue el punto de arranque de las negociaciones en las que participaron funcionarios gubernamentales, la sindicatura y representantes del Cuerpo de Delegados, y que culminó con la firma de un acta acuerdo el miércoles al anochecer.


El acta, más allá de la normalización salarial, obliga a la sindicatura a retirar el recurso de crisis presentado ante el Ministerio de Trabajo y a devolver a los delegados las sumas que les descontó arbitrariamente de los sueldos, pretendiendo desconocer su actividad gremial. Asimismo, la patronal autoriza la presencia permanente de dos delegados en la oficina gremial para atender todas las cuestiones relativas a sus funciones, abonándoles la totalidad de sus remuneraciones. Pero quizás lo más relevante sea que se incursionó, por primera vez, en la cuestión de fondo. El acta establece el llamado a una licitación inmediata para el traspaso de la línea pero fija las condiciones de ese llamado, que contempla la absorción de la totalidad de los puestos de trabajo, el respeto a la antigüedad, los salarios y el régimen laboral, fijado en el convenio. Plantea, además, que la venta se hace en bloque, con lo que el grupo interesado deberá hacerse cargo de todos los recorridos; se impide así el desguace de la línea, una de las mayores preocupaciones de los trabajadores de TDO. Por último, y no es por cierto una cuestión menor, se establece un régimen de reuniones periódicas entre los firmantes para verificar su cumplimiento. Es decir, vuelve a reflotarse la mesa de trabajo que fuera boicoteada por la sindicatura y que permitiría a los compañeros de TDO ejercer un control de los pasos que dé la patronal.


Estamos en presencia de un triunfo estratégico de los trabajadores, pues han logrado fijar su propia plataforma de reclamos como condición de una salida. Cualquiera sea el desenlace de la licitación, esta conquista ya queda como un antecedente para cualquier alternativa que se discuta.


A nadie se le puede escapar que todavía va a correr mucha agua bajo el puente. Por lo pronto, la sindicatura ya comenzó a violar el acuerdo, pues no puso al día los salarios, pese a que el Estado giró los fondos. Esto ya adelanta que los sueldos de marzo van a cobrarse nuevamente con atrasos. La temperatura está subiendo rápidamente en la línea y la predisposición que anida entre los trabajadores es salir al cruce de esta maniobra con medidas de acción directa.


Por otra parte, el nuevo capítulo del conflicto de TDO que arranca con la licitación no estará exento de maniobras y será escenario, muy probablemente, de una disputa entre diferentes grupos capitalistas por el botín. Por lo pronto hay una contradicción entre los síndicos y ciertos candidatos, pues los primeros pretenden vender, junto con los recorridos, la totalidad de los activos (edificios y parque automotor), sobre los cuales los grupos empresarios que pretenden adueñarse de la línea no tendrían interés. No hay que descartar sobresaltos y hasta la posibilidad de que la licitación quede desierta y sobre esa base se intente reformular los términos y condiciones de un hipotético traspaso.


Los compañeros de TDO deberán estar muy atentos a todos los avatares de la etapa que se abre. Revelando una comprensión de esta perspectiva, en la última asamblea se volvió a ratificar la necesidad de impulsar la adhesión de todos los compañeros a la cooperativa. Esta instancia pasa a tener la mayor importancia pues los trabajadores tienen una carta en la mano y están en condiciones de hacerla valer frente al usual chantaje patronal en estas circunstancias, que consiste en forzar a los trabajadores aceptar a libro cerrado las propuestas de reorganización empresaria.


Si los patrones no son capaces de satisfacer las condiciones planteadas, los trabajadores están en condiciones de hacerse cargo de la línea y ponerla a funcionar bajo gestión obrera.