Sindicales

3/12/2009|1111

Triunfó la huelga de los no docentes de Sociales

Los trabajadores no docentes de la Facultad de Ciencias Sociales hemos conquistado una suma de 400 pesos en tickets para fin de año luego de una histórica lucha. Durante dos semanas llevamos adelante un paro ejemplar, protagonizando las asambleas más masivas de la historia de nuestra Facultad. Nos enfrentamos no sólo a la gestión de la facultad, sino también a la directiva de Apuba y al Rectorado de la UBA.

Nuestra lucha contó con el apoyo del Centro de Estudiantes y la Gremial Docente, que sumó en apenas dos días más de 130 firmas de docentes a un petitorio de apoyo; también de las gremiales docentes de toda la UBA, la Fuba, delegados del Subte, delegados de Coto, trabajadores de prensa, trabajadores no docentes de otros institutos, la dirección actual y la entrante de la Carrera de Sociología, la comisión Interna del Colegio Carlos Pellegrini y muchos otros sectores.

El paro fue visible, contó con movilizaciones que sacudieron el escenario de la UBA de fin de año, un acto de apoyo donde se expresaron todos los sectores solidarios, actividades dentro de la Facultad, manifestaciones ante el Consejo Directivo, los 300 trabajadores cerramos filas con el reclamo. La gran ausente en esta pelea fue la directiva de Apuba, que al no poder infiltrase para quebrar el conflicto, lo boicoteó desde las sombras. A ellos, desde la asamblea de trabajadores, les reclamamos una lucha igual, pero a escala de toda la UBA, para obtener un reclamo similar para los 13 mil compañeros de la universidad. Ante esto la directiva cómplice del rector Hallú no respondió más que con silencio.

Nos tocó a los trabajadores no docentes dar cátedra esta vez. Las entradas de cada una de las sedes estaban repletas de carteles, expresiones de solidaridad y de trabajadores que repartíamos volantes, armamos guitarreadas o simplemente esperábamos allí respuestas a nuestro reclamo. Ningún sector trabajó durante el paro. En doce días laborables de conflicto protagonizamos unas nueve asambleas masivas. Todo se discutió allí y todo se decidió allí.

Dimos cátedra y aprendimos. Una compañera trabajadora de la cocina concluyó: “Nunca más voy a quejarme cuando haya un paro del Subte”.

Los funcionarios, que cobran entre 10 mil y 20 mil pesos, ensimismados en sus tranzas de fin de año con el objetivo de mantener sus privilegios de camarilla, no pudieron ver la fuerza del reclamo. Primero apostaron al desgaste, luego a la extorsión y finalmente debieron ceder ante la evidencia de que ni un trabajador bajaba los brazos.

El paro logró su objetivo y mucho más, nos colocó de cara a los funcionarios con toda la fuerza que tiene el claustro, movilizó el quietismo de los trabajadores “no docentes” de la UBA, que es obra y gracia de la directiva de Apuba, puso en evidencia que sí queremos luchar, pero necesitamos recuperar el gremio y colocar allí a una dirección genuina de los trabajadores, independiente del gobierno y de las camarillas privatistas de la UBA.

La lucha echó luz sobre la verdadera naturaleza de la gestión centroizquierdista de la facultad. El futuro decano Caletti, integrante de Carta Abierta, cerró filas con las teorías más facsistoides ante la firmeza de los trabajadores, y llamó a los estudiantes de su curso a quebrar el paro en un enfrentamiento de estudiantes con no docentes. El pobre Caletti no pudo ver que lejos de chocar contra nosotros, los estudiantes reclamaron al decano la solución del conflicto y nos apoyaron desde el primer día. El decano Schuster, en una línea escrita en una carta a esta delegada, echó por tierra toda una vida de estudios sobre “el conflicto social” y puso por escrito la frase más absurda de la historia del movimiento obrero: “En ningún lugar ni en ninguna circunstancia de conflicto gremial se abren negociaciones durante la realización efectiva de medidas de fuerza” dijo un hombre al que el cobro de un sueldo de 20 mil pesos y la defensa de los privilegios para él y su camarilla le hizo olvidar incluso el más reciente y resonante conflicto obrero, en el que el Ministerio de Trabajo de la Nación, el de provincia y la patronal norteamericana Kraft, debieron negociar con huelga, cortes de calles y movilizaciones, por sólo deslizar un ejemplo.

Esto no terminó; la directiva de Apuba se ha presentado ante el Rectorado diciendo que el reclamo es legítimo pero, en todo caso, tendría que ser para todos. Pues bien, entonces que apoyen el reclamo, convoquen un plenario de delegados y se pongan al frente de la reivindicación para todo el gremio. El escenario electoral en Apuba para marzo de 2010 ha hecho temblar a la burocracia, que teme un movimiento huelguístico triunfante canalizado y organizado por un cuerpo de delegados antiburocrático. Lo ganado por Sociales será un antecedente para el conjunto del gremio, vamos con el reclamo a la próxima asamblea de elección de junta electoral del 16 de diciembre.