Sindicales

21/9/2021

Tucumán: acuerdan contra los trabajadores rurales

La clase capitalista proclama distintos acuerdos con la supuesta intención de eliminar el trabajo en negro en el campo y garantizar una cobertura social para todos. Pero veamos de qué se trata en realidad.

En el año 2019 la Asociación Citrícola del Noroeste Argentino (ACNOA), la Uatre y el gobierno firmaron un convenio de corresponsabilidad gremial (CCG). El acuerdo redactado por y para el beneficio de las grandes empresas, les permite reducir y diferir el pago mensual de aportes y contribuciones a la seguridad social por los trabajadores contratados para la tarea de cosecha y empaque de la fruta. El convenio estableció una “tarifa sustitutiva” (basada en la producción promedio de los últimos años, cantidad de trabajadores necesarios por etapa productiva, salario de actividad) mediante la cual, por un lado, la patronal retiene a las contratistas por el servicio tercerizado de mano de obra, y por el otro, paga a la AFIP en el momento que la fruta ingresa al mercado local o se exporta.

El CCG establece también un seguro “climatológico” para los empresarios ya que se paga en función de la producción. Es decir, si llueve, la patronal está cubierta, sin embargo el trabajador pierde el día.

Un acuerdo que tenga como propósito el beneficio de los trabajadores rurales debiera partir de ponerle fin al trabajo a destajo y garantizar un salario igual al costo de la canasta familiar por una jornada de 8hs, una temporada de 6 meses y un interzafra de $50 mil sin restricciones.

Luego de más de dos años de aplicación del CCG quedó claro que no generó ningún beneficio para los trabajadores agrícolas, ya que hay 500 mil trabajadores rurales en negro en el país. Y mucho menos sirvió para erradicar el trabajo infantil: se estima que 765 mil niños y niñas en el país trabajan en los campos. Estas cifras se potencian con el aumento sostenido de la pobreza.

La principal citrícola del país, San Miguel SA, tiene a su ex cúpula procesada, pero la causa está archivada gracias a la impunidad que garantiza la justicia, en este caso, encubriendo la trata laboral.

El CCG establece además una supuesta ‘cobertura’ sindical, la cual significaría un beneficio ¿para quién?: basta con recordar las luchas de este año para demostrar su fracaso: “Remache” Ferreyra y Germán Ferrari, en lugar de apoyar a los trabajadores que salieron nuevamente a luchar, se ocuparon de pedir mayor represión a la policía para defender a la patronal. Son los campeones de firmar paritarias (como siempre) a la baja, de hacer la vista gorda al trabajo en negro y a la falta de protocolos de seguridad e higiene en empaques y fincas. La obra social es utilizada sólo para recaudar, el servicio que brinda es un desastre. Queda claro hasta aquí que son ellos los únicos beneficiados.

¿Falta mano de obra o quieren más beneficios?

A partir del 1 de septiembre, gracias a un decreto de Alberto Fernández que busca dar respuesta a un reclamo histórico de la CAME (Confederación Argentina de la Mediana Empresa), las patronales citrícolas y azucareras de la provincia recibirán un nuevo subsidio directo mediante la compatibilidad de los ‘planes sociales’ y el trabajo temporario de los rurales.

Los patrones se quejan por la supuesta falta de mano de obra disponible. Sin embargo, no se detienen un segundo a pensar en las condiciones miserables que ofrecen para ‘contratar’. A los y las trabajadoras golondrinas se les ofrece un salario de hambre (no alcanza a cubrir ni la mitad de la canasta básica), condiciones de insalubridad extrema (no reciben ropa de trabajo, no tienen baños, almuerzan en el piso, viven en condiciones de esclavitud) y trabajar un par de meses recorriendo de punta a punta el país.

El verdadero objetivo del convenio firmado por la burocracia sindical, las patronales y el gobierno es mantener a la baja los salarios de los trabajadores para reducir los costos empresarios y que aumenten su ganancia. El reciente decreto de Fernández que en principio solo será por dos años, como se ve, cumple el mismo propósito.

De todo esto se desprende que la única forma de avanzar en la conquista de todas las reivindicaciones postergadas de los trabajadores, es con la puesta en pie de un movimiento combativo, independiente del gobierno y las burocracias, que gane la calle en unidad de ocupados y desocupados.